Yeltsin anuncia en Tokio la progresiva retirada militar rusa de las Kuriles
Japón y Rusia han sustituido cuatro décadas de abierta hostilidad por un ambiente de mayor colaboración, imprescindible para lograr la solución de su disputa territorial sobre cuatro de las islas Kuriles, pero el problema de fondo se mantiene inalterable y sujeto a posteriores negociaciones. Al término de la visita de 48 horas del presidente Borís Yeltsin a Tokio, los Gobiernos ruso y nipón se manifestaron satisfechos con el resultado de los encuentros, y Yeltsin anunció la progresiva retirada militar de las islas.Las expectativas eran tan pocas que la buena voluntad expresada por las partes fue considerada un paso adelante importante y, de momento, suficiente. El objetivo siguiente es lograr la firma del tratado de paz entre los dos países, pendiente desde la II Guerra Mundial y condición previa para que pueda ser aplicada la declaración conjunta de 1956 que establece la devolución de dos islas. Yeltsin, que agradeció la discreción del primer ministro japonés, Morihiro Hosokawa, en el tratamiento de la reclamación territorial, confirmó que las elecciones parlamentarias rusas se celebrarán en diciembre y las presidenciales en junio, aunque el nuevo Parlamento podría modificar la fecha de convocatoria de estas últimas.
El Ejecutivo japonés, aunque sigue condicionando una asistencia económica masiva a Rusia a visibles avances en la solución de las diferencias territoriales, se mostró dispuesto a acelerar el desembolso de préstamos y ayudas anteriormente aprobadas. Durante la visita concluida ayer no se firmaron nuevos créditos, pero en la conferencia de prensa que resumió la visita Hosokawa y Yeltsin coincidieron en que "se abre una nueva página en las relaciones bilaterales".
Asuntos separados
El presidente ruso destacó que la visita fue posible porque el Gobierno japonés "ha comenzado a considerar de forma separada los asuntos políticos y los económicos". Hosokawa agregó que había sido informado por Yeltsin de que cuando éste se refirió a que Rusia cumpliría con los acuerdos suscritos por la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas incluía la declaración conjunta de 1956, fundamental en el desbloqueo de la crisis. Los dos gobernantes suscribieron una plataforma de acercamiento político de siete puntos, en la que, además de comprometerse a mantener el diálogo, reconocen haber abordado el conflicto sobre las islas ocupadas por tropas soviéticas en 1945 y cuyos nombres se precisan en el texto. "Ambas partes están de acuerdo en la necesidad de normalizar totalmente las relaciones después de firmar el tratado de paz mediante la solución de ese punto".En el comunicado económico, que contiene 11 apartados, la mayoría habituales en este tipo de declaraciones, se dice: las dos administraciones se comprometen a intercambiar información económica, colaborar en la conservación del medio ambiente y fomentar la buena vencindad regional. "Las experiencias de Japón durante su desarrollo económico de posguerra pueden ser útiles en el apoyo a los esfuerzos de Rusia por consolidar una economía de mercado", se subraya en el documento.
Además de estas declaraciones, se suscribieron 16 documentos sobre asuntos como asistencia marítima, prevención de incidentes en aguas territoriales, colaboración espacial no militar, consultas gubernamentales, intercambios culturales, apertura de nuevos consulados y no proliferación nuclear en la península de Corea, con especial énfasis en Corea del Norte. Uno de los textos anticipa que se levantarán las actuales restricciones a la libertad de movimientos de los diplomáticos rusos y japoneses.
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