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Entrevista:

"Las artes ya no están de moda"

La sal le parece un material bellísimo. Pero Delia Piccirilli, pintora madrileña de 33 años, utiliza un papel grueso y artesano, y no el preciado condimento, como soporte de su primera exposición individual en la ciudad, en la galería Afinsa (calle del Almirante, 5). Pinta figuras mitológicas: Saturnos , Hércules. "Pretendo traerlas al día de hoy, sin que pierdan toda su fuerza expresiva, y tratarlas de una forma más universal". Su afición al mundo clásico viene de una estancia de un año en Milán a finales de los ochenta. Su interés por las artes comenzó tiempo atrás, desde que sus padres la llevaban a visitar el Museo del Prado.Los aledaños de esta pinacoteca siguen siendo su rincón favorito. Especialmente el parque del Retiro. "Me pasé la infanciacon el uniforme y la merienda correteando por él, porque vivía cerca". Ahora es vecina del barrio de Embajadores. "No hay ni un árbol, a veces quieres dar un paseo y te preguntas por dónde. Todo calles y, coches". Le gustaría marcharse de esta ciudad. Pero al menos hasta el 4 de noviembre, fecha en que concluye su exposición, permacerá aquí. Después, no se sabe.

P. ¿Se puede vivir de la pintura sin ser un artista sagrado?

R. Yo vivo de ella desde que, en el 88, volví de Italia, adonde fui con una beca del Ministerio de Cultura. En realidad regresé porque me salió otro trabajo más estable. Pero lo dejé a los seis meses, decid apostar por esto y hasta ahora. Vives, pero sin grandes alharacas. No sé si mañana tendré que buscar otra ocupación.

P. ¿Qué trabajos realizas?

R. Vendo los cuadros que pinto, mis precios no son caros y no los compran inversores, sino personas con un dinero que gozan al tener una obra que les gusta. Aunque estos últimos años son malos para casi todo, quizá los que no estamos en la cresta de la ola nos mantenemos. También hago murales y escenografías. Los que nos dedicamos a esto debemos ser flexibles y no ceñirnos a una sola actividad.

P. ¿La década de la llamada movida fue mejor para las artes?

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R. Yo creo que sí. Lo que ocurre es que aquello tuvo mucho de moda, entonces lo moderno era ir a Arco, a galerías. Fue un gran empujón, aunque quizá muy inflado y desorbitado. Después, las aguas no han vuelto a su cauce. Ahora ya, las artes no están de moda. Va menos gente al teatro y al cine, y a los medios creo que no les interesa la cultura. A veces enciendo la tele y tengo la sensación de que sobre todo se ve fútbol y toros, como cuando era pequeña.

P. ¿Y el Madrid Cultural 92?

R. Me pasó totalmente inadvertido. No me parece que ocurriera nada especial.

P. ¿Hay que venir a la gran ciudad para abrirse camino en el mundillo artístico?

R. Si yo fuese de ciudades con una vida cultural como la de Bilbao, de Zaragoza o de Valencia, no se me ocurriría venirme. Es verdad que aquí tienes un gran número de galerías, el Museo del Prado, la colección Thyssen. Pero otras autonomías se sienten orgullosas de sus artistas y los potencian. En Madrid siempre tenemos un poco el complejo del centralismo y no se hace demasiado caso a los artistas locales.

P. ¿Qué te parece la adquisición de la colección Thyssen?

R. Me parece muy bien, porque nos permite contar con una colección espléndida. Creo que es bueno todo aquello que suponga completar el legado cultural. Y además el dinero que invierten en cultura no se lo gastan en otra cosa... Por ejemplo, no se lo gastan en tanques.

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