Yeltsin estudia convocar un referendum constitucional que coincida con las elecciones al Parlamento
El presidente ruso, Borís Yeltsin, convocará en los próximos días la Conferencia Constitucional con el fin de terminar de redactar eltexto de la nueva ley fundamental para presentarlo, posiblemente, a referéndum el 12 de diciembre, es decir, el mismo día de las elecciones a la Cámara baja del futuro Parlamento. Serguéi Filátov, el jefe del Gabinete de Yeltsin, dijo además que al Partido Comunista de Rusia no se le debe permitir participar en estos comicios.
Filátov declaró que "existe la propuesta de celebrar un referéndum sobre la Constitución conjuntamente con las elecciones a la Duma Estatal" y que la Conferencia Constitucional (el órgano paralelo al Parlamento creado este verano por Yeltsin) reanudará sus sesiones para reelaborar el proyecto de ley fundamental. El jefe del Gabinete presidencial dijo que el texto debe estar terminado para el 5 de noviembre y publicarlo a continuación para que, en caso de celebrarse el referéndum, idea que apoya, los ciudadanos puedan saber lo que votan. "Necesitamos una Constitución que nos impida volver al infierno del 3 y 4 de octubre [revueltas callejeras y asalto al Parlamento]", sentenció Filátov.Según el alto funcionario, a los partidos que apoyaron o in citaron a la rebelión "comunista-fascista" no se les debe per mitir participar en las elecciones. Entre éstos Filátov incluyó al Partido Comunista de Rusia, dirigido por Guennadi Ziugánov, aunque no figuraba en la lista de los partidos suspendidos, circunstancia que parecía ignorar. Cuando se le hizo ver que el Partido Comunista en aquel momento estaba permitido, Filátov prometió prohibirlo y dijo: "Hareinos otra lista". Cuatro horas más tarde apare cía la suspensión del partido de Ziugánov. La suspensión se prolongará durante la duración del estado de excepción, que de bía expirar mañana aunque puede ser prorrogado por más tiempo.
Dirigentes escondidos
Filátov informó que además de Iliá Konstantínov, jefe del Frente de Salvación Nacional, y de Alexandr Barkashov, líder de los neonazis rusos, se hallan escondidos tres dirigentes del disuelto Sóviet Supremo ( Parlamento): Yuri Voronin, Valentín Agafónov y Vitali Sirovatko.
Mientras tanto, la fiscalía rusa formuló acusaciones formales contra los líderes de la Casa Blanca, Ruslán Jasbulátov, jefe del desaparecido Parlamento, y Alexandr Rutskói, ex vicepresidente de Rusia. Estos dos políticos, que se encuentran en la cárcel de Lefórtovo, son acusados de organizar "desórdenes masivos con graves consecuencias", y según el artículo 79 del Código Penal, pueden ser condenados a un máximo de 15 años de prisión.
Yeltsin confirmó ayer que las "elecciones libres a la Duma Estatal [Parlamento] se realizarán en los plazos anteriormente anunciados, es decir, en diciembre, y más tarde habrá comicios presidenciales". El presidente agradeció su actitud a los países que le apoyaron "en los días difíciles y cruciales" que ha vivido Rusia, prometió acelerar "el ritmo de las transformaciones democráticas y las reformas económicas", aseguró que no habrá variaciones en la política exterior e invitó a que observadores internacionales puedan seguir las elecciones parlamentarias.
La suspensión de las actividades del Partido Comunista de Rusia no sorprendió a nadie. Ziugánov dijo que estaba "preparado" para tal eventualidad, aunque advirtió que se trataba de un error más en la larga lista de errores ya cometidos por el Gobierno. Aseguró también que su partido cuenta con el apoyo de 10 millones de personas, que ahora adoptarán una posición "dura" contra Yeltsin, y acusó al presidente de haber "liquidado a toda la oposición legal".
Empujar a la clandestinidad
En los círculos proyeltsinistas no iodos están de acuerdo con la prohibición de los comunistas. Víctor Sheinis, principal autor de la ley electoral, opina que semejante prohibición puede "empujarles a la clandestinidaU.
El influyente periódico Nezavisimaya Gazeta publicaba ayer en primera página un artículo en el que decía que Yeltsin deberá "suspender la vigencia de la Constitución, prohibir todos los partidos políticos y purgar a la Administración pública" si no quiere que "la reforma constitucional por etapas" se estanque en el mismo pantano que antes". Sin embargo, según el diario liberal, es poco probable que lo haga ya que "Occidente no comprendería" semejantes medidas autoritarias y, además, Yeltsin no tiene "suficientes tropas de élite para imponer el estado de excepción desde el Báltico hasta las Kuriles". Como resultado, la oposición, actualmente suspendida y asustada, se reagrupará y volverá a empezar a entorpecer las reformas económicas. Esto, asegura el mencionado periódico Nezavisimaya, "terminará en nuevos combates callejeros, y esta vez no sólo en Moscú".
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