La exención de tasas

Las universidades españolas, además de subir las tasas, han suprimido la matrícula gratuita para los funcionarios del Ministerio de Educación y Ciencia, y para sus hijos.Todos los padres facilitan el futuro de sus hijos en la profesión en la que han trabajado: los hijos de los comerciantes cuentan con su tienda, los agricultores les dejan las tierras, los abogados tienen el bufete, los militares, banqueros y otras profesiones obtienen muchas facilidades para que sus hijos sigan con la tradición familiar.

Siempre he ejercido mi carrera universitaria, y lo que mis hijos han visto en casa es el trabajo diario de un docente.

Sólo les podía ayudar en sus estudios y dejarles en herencia un título universitario. La gratuidad de matrícula era un derecho adquirido por los profesores desde 1935, y ahora, precisamente, cuando se pone por las nubes el pago de las tasas universitarias, ahora tengo que pagar.

Me encuentro con el sueldo congelado, el poder adquisitivo perdido en los últimos años, sin posibilidad de becas por la nómina, escasa, pero suficiente para llegar al mínimo exigido, y con un plan de pensiones porque no sé qué puede pasar cuando me jubile.

Oigo mucho hablar de que el Ministerio de Educación está revisando el precio de los créditos en todas las universidades. ¡Por favor, que solucione también el problema de sus trabajadores! No podemos poner el teléfono gratis como los empleados de Telefónica, ni nos reducen el 30% en Renfe como a los militares, ni podemos disfrutar de créditos bancarios sin interés, ni viajar gratis con Iberia. No pedimos prebendas, sólo lo que creemos, justo.-