Benazir Bhutto tendrá que pactar con pequeños partidos para gobernar
Los paquistaníes se despertaron ayer con la esperanza de que los votos emitidos el miércoles les trajeran un Gobierno estable, pero se encontraron con la misma pesadilla de los últimos cinco años: unas elecciones ganadas -en este caso por el Partido Popular de Pakistán (PPP), de Benazir Bhutto- por un estrecho margen de apenas 14 escaños parlamentarios sobre su rival. Esto significa la necesidad de formar una coalición con los independientes o con los partidos minoritarios y la casi segura nueva cita con las urnas en un plazo de dos años. Serían los cuartos comicios desde el asesinato del presidente Mohamed Zia Ul Haq, en 1988.
Benazir Bhutto, la líder del PPP, reconoció que "esperaba muchos más votos" y afirmó que "listas erróneas" impidieron a miles de sus seguidores depositar la papeleta. No obstante, reconoció que ya se habían puesto en contacto con dirigentes de los partidos minoritarios y de los independientes para formar un nuevo Gobierno. Bhutto realizó estas declaraciones desde su residencia en la localidad de Naudero, al sur del país, y añadió: "Formaremos el nuevo Gobierno. De eso no hay duda".Al mismo tiempo, Bhutto expresó su agradecimiento al país por la confianza depositada en el Partido Popular de Pakistán que ha surgido "claramente como ganador", señaló la primera mujer que ocupó el puesto de primera ministra en todo el mundo islámico.
Los resultados han corroborado que quienes acudieron a los colegios electorales, alrededor del 40% de los 52 millones de votantes censados, -una mayoría de ellos, analfabeta- por el voto útil y han expulsado o reducido a su mínima presencia en la Asamblea Nacional a los partidos minoritarios. No les sirvió de nada, de nuevo tendrán un Gobierno débil sujeto a las componendas de unos y de otros. "Todavía podemos gobernar", declaró ayer Nawaz Sharif, líder de la Liga Musulmana de Pakistán (PMLn).
86 diputados
Anoche, cuando faltaban por escrutar cinco escaños de los 217 que tiene la Asamblea Nacional, el PPP tenía 86 diputados y la PMLn, 72. Los independientes habían logrado 17 escaños y otros partidos menores, 19. Además, están los 10 escaños reservados para las minorías nacionales: cristiana, hindú, parsi y otras religiones, que suponen el 3% de los 128 millones de paquistaníes. Ocho escaños corresponden a las tribus. Los cinco restantes completan la totalidad de la Asamblea, pero en ellos no se celebraron las elecciones debido a la muerte de alguno de los candidatos durante la campaña electoral."Estas elecciones tendrán unas consecuencias pésimas para el país", afirma Mohamed Faruk, un ingeniero de la compañía de petróleos paquistaní. "Ahora tendrán que empezar a comprar a los independientes y a los de los otros partidos. Quien dé más será el que forme Gobierno, pero nosotros somos los que vamos a pagar. La corrupción va a quintuplicarse", añade.
Con estos resultados es muy difícil predecir quién será el partido que finalmente forme el Gobierno central, especialmente porque la PMLn ha ganado más escaños en Punjab que el PPP. Puniab, cuya capital Lahore era la joya del Imperio británico hasta la independencia y partición en India y Pakistán en 1947, es la provincia más extensa y más rica.
Conocida como el "granero de Pakistán", es vital para a supervivencia del país. No se puede formar un Gobierno estable en el centro si en Punjab es de otro color, y Benazir Bhutto lo sabe por propia experiencia, ya que gobernó en esas condiciones en 1988, pero duró menos de 20 meses.
Los comicios para elegir a las asambleas de las cuatro provincias: Punjab, Baluchistán, Sind y la Provincia del Noroeste, se celebran mañana y con los nuevos resultados en la mano comenzará el baile de diputados. Si Punjab, como se desprende de estas votaciones -la Liga ha obtenido 52 escaños y el PPP 47- está en manos de Sharif, Bhutto tiene dos opciones: tirar la toalla y dejar que su rival se instale en Islamabad o instalarse ella a costa de que le hagan el Gobierno y la vida imposibles.
Conociendo sus ansias de poder, nadie duda de que luchará hasta el final, aunque sólo sea por ser primera ministra unos meses.
El Gobierno de transición de Moin Qureshi ha indicado que está dispuesto a traspasar los poderes a los nuevos dirigentes en un plazo de 15 días.
Éste es el tiempo que tienen Sharif y Bhutto para hacerse con los escaños que les faltan. "La subasta ha comenzado. Pujen señores, pujen", decía con mucho sarcasmo el funcionario Husasin Jan.
La líder del PPP llegó anoche a Lahore para hacer campana para las elecciones de mañana. La capital de Punjab demostró con creces el miércoles que es el feudo de Nawaz Sharif. ocho de los nueve escaños de la ciudad se los llevó la Liga y cuando a medianoche se tenían escrutados la mitad de los escaños, riadas de gentes se lanzaron a la calle a celebrar el triunfo que creían era a nivel nacional. Horas después, la alegría se convirtió en pesimismo.
Sharif fue destituido por el ex presidente Gulan Ishq Jan en mayo pasado bajo la acusación de corrupción y abuso de poder. Llevó su enfrentamiento con el presidente al Tribunal Constitucional y lo ganó. Su Gobierno fue restablecido íntegramente, pero la soterrada lucha contra la presidencia tenía al país colapsado.
En julio pasado, fue necesaria la intervención del Ejército para pactar la dimisión conjunta de ambos y el nombramiento de un primer ministro y un presidente de transición, Moin Qureshi y Chodri Suyat, hasta entonces presidente del Senado, respectivamente, hasta la celebración de estas elecciones generales.
En estos dos meses Qureshi ha hecho lo que sus predecesores ni intentaron: luchar contra la corrupción que se extiende por todo el país y que representa una de las principales lacras de Pakistán de las últimas décadas.
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