Se cierra con un segundo desacuerdo la negociación del recorte de desempleo

Las dos jornadas de negociación dedicadas ayer y el miércoles por Gobierno, sindicatos y patronal a la reforma del desempleo no han permitido aproximación alguna. Anoche se cerró con un segundo desacuerdo este punto del pacto social después del producido el martes pasado con la revalorización de las pensiones. Tan sólo existe la posibilidad de que el Gobierno reconsidere algunas propuestas de los sindicatos y retoque algunos puntos.

En concreto, el Gobierno puede retirar la denegación del seguro de paro a quienes se nieguen a modificar sus condiciones de trabajo, ampliar las responsabilidades familiares a los padres para los solicitantes de subsidio, y retocar el tope mínimo de la prestación contributiva -75% del salario mínimo menos las cuotas de la Seguridad Social- para que no quede por debajo del subsidio asistencial -75% del salario mínimo-.La respuesta definitiva del Gobierno se producirá en el plenario del próximo lunes, aunque ello no modificaría el rechazo sindical a esta reforma del desempleo. Los dirigentes de las centrales se mostraron "absolutamente decepcionados" del resultado de estas últimas sesiones y Apolinar Rodríguez (de UGT) afirmó que los representantes del Gobierno se habían limitado a oírles y tomar nota, pero sospechan que la decisión estaba tomada de antemano. José María Fidalgo (de CC OO) calificó el recorte del desempleo como "una cirugía de guerra" que desfigura el sistema de protección.

Los dirigentes de la patronal CEOE, según su asesor Fabián Márquez, creen en cambio que el paquete de medidas está justificado por la grave situación del gasto de desempleo. También informó que el Gobierno -los representantes de la Administración no hicieron declaraciones- se ha comprometido a estudiar a mediados de 1994 el estado del sistema de protección por desempleo, y a discutirlo con los interlocutores sociales para tener una ley de reordenación de la protección por desempleo en septiembre de 1994. Este compromiso para los sindicatos permite albergar la esperanza de que los recortes tengan carácter transitorio.