Los ecologistas denuncian las obras faraónicas del nuevo Parlamento Europeo

El Parlamento Europeo (PE) cuenta a partir de la semana próxima con una nueva sede, un hemiciclo de 750 plazas, situado en Bruselas, en el barrio donde se hallan las otras instituciones europeas. La construcción del nuevo edificio, bautizado popularmente como el Capricho de los Dioses, ha dado lugar a protestas de grupos ecologistas y de defensa del patrimonio y a numerosas conjeturas sobre la especulación financiera y la posibilidad de corrupción política en la gestión de la obra. Uno de estos grupos difundirá la semana próxima una película titulada Bruselas réquiem, en la que se denuncia la destrucción del patrimonio arquitectónico que ha producido la fiebre inmobiliaria.El Capricho de los Dioses es una construcción monumental y faraónica que cuenta en su primera fase con 57.000 metros cuadrados, pero llegará hasta 370.000 cuando esté terminado, en 1996. El coste de las obras se eleva a 1.000 millones de ecus (150.000 millones de pesetas). El PE ha firmado un contrato de alquiler-compra por el 10% del valor, por lo que en 1999, según fuentes comunitarias, el presupuesto de la CE no podrá hacerse cargo del alquiler.

Éste es el tercer hemiciclo del PE, aunque la alcaldía de Estrasburgo está preparando el proyecto de construcción de un cuarto. Hay uno inutilizado en Luxemburgo, ciudad que alberga los servicios de secretaría y documentación. Hay otro en Estrasburgo, actual sede del PE, que pertenece al Consejo de Europa y ahora el hemiciclo de Bruselas para las sesiones extraordinarias.

El Capricho de los Dioses ha sido construido por un grupo privado, con decisiones que algunos medios califican de "hechos consumados". Juega a su favor la fuerte corriente de opinión que presiona por el traslado de todos los servicios del PE a Bruselas para acabar con el ajetreo entre las tres sedes -Bruselas, Luxemburgo y Estrasburgo- al que se ven obligados funcionarios y eurodiputados.