El desafío de la protección social

Mientras los países europeos luchan contra una crisis sin precedentes del Estado de bienestar, Estados Unidos, paladín del liberalismo, se ve obligado a construir un sistema obligatorio de seguridad social desde sus cimientos. De hecho, el plan Clinton de renovación del sistema sanitario norteamericano no es otra cosa que un intento de generalización de una cobertura social destinada a "liberar a los norteamericanos del miedo de no poder curarse". ( ... ) Sus gastos sanitarios son los más elevados por habitante, pero también los peor repartidos. Los índices norteamericanos resumen por sí solos esta triste realidad: 16º posición mundial en esperanza de vida, 23º en mortalidad infantil. (...) En los años de fuerte crecimiento, los Gobiernos han creído que el desarrollo del progreso médico y una buena cobertura social permitirían, mediante la mejora del nivel sanitario de la población, estabilizar los gastos en el futuro. Esta apuesta se ha revelado equivocada. (...) El coste del progreso médico, el envejecimiento de la población y la aparición de nuevas patologías, como el sida, imponen opciones cada vez más draconianas. (...)¿Cómo gastar menos y mejor en la sanidad? La respuesta a esta pregunta supera los términos de la discusión sobre protección social, dado que en los países ricos no existe relación directa entre el nivel de gastos y el estado sanitario general de la población. (...).

24 de septiembre