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Suramérica recurre a la elegancia

Brasil, Bolivia y Colombia llevarán a EE UU 94 el gusto por el buen juego

El fútbol suramericano ha recurrido a sus reservas aún no contaminadas por las tácticas europeas para afrontar la próxima Copa del Mundo. Los países clasificados el pasado domingo, Brasil (derrotó a Uruguay, 2-0) y Bolivia (empató con Ecuador, 1-1), que se suman a Colombia, tienen en común un estilo de juego basado en el predominio del toque seguro del balón sobre la fuerza física. Dos de los históricos de la región, Uruguay, que ya quedó eliminado, y Argentina, que aún debe disputar en dos partidos frente a Australia una plaza vacante, sufren la confusión ideológica en la que navegan desde hace 20 años.La feroz polémica entre menottistas -partidarios del entrenador César Menotti, que ganó con Argentina la Copa del Mundo de 1978- y bilardistas -partidarios del Carlos Bilardo, que ganó la de 1986- debería ahora quedar definitivamente cerrada después de semejante demostración. Sin embargo, el llamado loco de los videos, Bilardo, no se resigna a aceptar su derrota. Todavía escribe en los periódicos que "todos los equipos hacen lo que yo vengo diciendo desde hace 20 años". Una afirmación que se desvanece de inmediato cuando se recuerda que Bilardo también pasó por Colombia y allí nadie le recuerda con cariño.

El propio Bigotón Azkargorta, como le llaman al vasco seleccionador de Bolivia, admite que de nada le hubiera valido imponer criterios europeos en un fútbol como el boliviano, donde los jugadores tienen otras condiciones físicas y se crían en un estilo diferente de preparación y de juego. Fue él, Azkargorta, quien se adaptó al medio y dedicó su esfuerzo a mejorar la organización, la alimentación, el cuidado sanitario, la concentración y también a imponer un orden mínimo de movimientos dentro del campo.

El sentir popular

Por si queda alguna duda, ahí está Carlos Parreira, el entrenador de Brasil, que no puede siquiera disfrutar de la clasificación ni del baile que su equipo le dio a Uruguay porque al fin tuvo que ceder a la presión del público y de la prensa, que le reclamaba el ingreso de Romario y le criticaba sus orientaciones tácticas, contrarias al tradicional estilo brasileño. Después del partido frente a Uruguay (2-0) y de la espectacular demostración de Romario, el entrenador Parreira trató de explicar lo inexplicable: ¿por qué no había convocado antes al jugador del Barcelona?.Su caso es el típico de los técnicos que se creen más importantes que los que de verdad entran al campo y deciden. Ahora Parreira seguramente será reemplazado por Telé Santana o por alguien que de verdad interprete el sentimiento popular. El aficionado brasileño, como la mayoría de los buenos aficionados de todo el mundo, no quiere a los profetas de victorias seguras porque no olvida que el fútbol es un maravilloso juego en el que un gordito talentoso como Maradona es más valioso y útil que un magnífico atleta como Carl Lewis.

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