El imprevisible voto de última hora

Barbara, un ama de casa de 36 años casada con un fontanero, confesaba el sábado: "Estoy desgarrada. En las anteriores votaciones he apoyado a la Unió n Democrática, pero ya no puedo con su arrogancia, que se hace cada vez notoria en sus conductas". Barbara votó ayer al Congreso Liberal Demócrata -un partido que intenta representar a la naciente clase media- porque le parece "más independiente de la Iglesia católica".Al Congreso Liberal votó también Tadeusz, un agricultor de 45 años de la región de Olsztyn (al noreste de Polonia). La decisión la tomó en el último momento, porque, en realidad, habría sido más' acorde con sus intereses votar a los partidos que quieren condonar las deudas a los agricultores. "Fue una inversión a largo plazo", declaró Tadeusz. No obstante, cree haber sido el único en su aldea, de 500 habitantes, en votar a favor del "nuevo régimen". En esta parte de Polonia, el desempleo asciende al 30% y afecta principalmente a los trabajadores de las granjas estatales, ahora liquidadas.

Anatol, un jubilado de Radom (una ciudad a 100 kilómetros al sur de Varsovia), ex director de una fábrica y antiguo miembro del POUP (partido comunista), dudó entre los postcomunistas y la nueva izquierda socialista, representada por la Unión del Trabajo, formada en parte por personas procedentes del sindicato Solidaridad. Finalmente, según reconoció ayer, votó a los postcomunistas porque "son gente con experiencia que sabría asumir la responsabilidad del país, y de los otros no se sabe todavía nada".

Michal, periodista de 29 años, seguidor de la derecha radical anticomunista hasta el último momento, no supo a quién votar ante el gran número de partidos de la derecha que presentaron sus listas. Finalmente votó al partido del ex primer ministro Jan Olszewski, pero no oculta su desilusión: "Estos tontos no supieron crear una coalición, y así los rojos tomarán otra vez el poder"