Mercedes reducirá 40.000 empleos hasta 1994 y estudia suprimir otros 33.000
La crisis de la industria automovilística alemana no toca fondo ni perdona tan siquiera a su buque insignia. Daimler Benz anunció ayer que reducirá 40.000 puestos de trabajo entre este año y el final de 1994,y estudia que la reducción alcance hasta el 201/6 de los 365.027 trabajadores que componen la plantilla en un plazo de tres años. Al tiempo que no excluye el cierre de facto rías enteras en Alemania, contempla ampliar las que tiene en EE UU, México y Asia. Volkswagen, por su parte, canceló la inversión de 1.400 millones de marcos (unos 110.000 millones de pesetas), prevista en su filial checa Skoda, horas antes de la firma del contrato, provocando una airada reacción del Gobierno de Praga.
La firma de la estrella de tres puntas hizo públicos ayer los resultados del primer semestre de 1993 en el que los beneficios se redujeron a 168 millones de marcos, (13.440 millones de pesetas) comparados con los 1.020 millones obtenidos en el mismo periodo de 1992, según anunció su presidente, Edzard Reuter. Pese a que, según el modelo de balance que efectúa la firma alemana, aún se contabilizaron beneficios, lo cierto es que, en la primera mitad de 1993, si se hubieran aplicado las normas de contabilidad norteamericanas, el semestre se hubiera cerrado con pérdidas de 949 millones de marcos. Reuter indicó que el consorcio quiere ahorrar 8.000 millones de marcos antes de 1997, para lo que no excluyó el cierre de factorías enteras. En su opinión, la consolidación de Alemania como un país industrial no permite respetar tabúes".Entre las posibles soluciones, Reuter mencionó la aplicación de sistemas de fabricación en cinta continua, una mayor automatización y nuevos métodos de ahorro de energía. Como signo de los tiempos y de los problemas de productividad y competitividad que sufre la industria alemana, Daimler Benz anunció que contempla ampliar las actuales fábricas que tiene en EE UU, México y Asia. Más significativo es que, por primera vez sus automóviles de lujo se fabricarán fuera de Alemania, concretamente en EE UU, siguiendo el ejemplo de su mayor competidor BMW. Mercedes anunció recientemente un cambio radical de filosofia para "adaptarse a las exigencias del mercado" y olvidar la exigencia "del máximo nivel de ingeniería".
Por otra parte, la decisión de Volkswagen de anular la prevista inversión en su subsidiaria Skoda supone un duro golpe para las esperanzas de los antiguos países del bloque soviético de la Europa central de beneficiarse de las inversiones occidentales. La firma de Wolfsburg, que además de ser la que sufre con más intensidad la crisis del sector se ha visto obligada a realizar un importante desembolso para sacar de la bancarrota a su filial española Seat, dejó plantado a los banqueros y políticos en Londres poco antes de la firma del préstamo de 1.400 millones de marcos para modernizar y ampliar la factoría de Skoda en Mlada Boleslav, al norte de Praga.
Según el portavoz de VW, Otto Ferdinand Wachs, la inversión ha sido hecha innecesaria por la labor de sistematización y mejora de la productividad llevada a cabo por el número dos de la firma, el polémico ejecutivo español José Ignacio López de Arriortúa. Sin embargo, en Praga la decisión de la empresa alemana ha causado una gran irritación en círculos gubernamentales. Lo cierto es que la querella de VW con, el Gobierno del neoliberal Vaclav Klaus no es nueva. Hace unas semanas, tras el anuncio de Skoda de subir sus precios en un 8%, salió a la luz una cláusula arrancada por el constructor alemán cuando compró Skoda, por la que el Gobierno checo mantendría durante cuatro años unas tasas que hicieran prohibitiva la importación de vehículos extranjeros, favoreciendo así la compra de los únicos automóviles de fabricación nacional, aparte de la minoritaria Tatra.
En España, los grandes fabricantes de coches están tomando medidas similares para hacer frente a la crisis. Tras conocerse que las pérdidas de Seat pueden ascender a 100.000 millones de pesetas este año, la dirección de la compañía presentará el próximo martes al comité de empresa intercentros el nuevo plan industrial en el que se prevé un ajuste laboral con un excedente de más de 8.000 trabajadores, informa
En esta reducción de personal, necesaria para abordar la reconversión de la factoría de Zona Franca (Barcelona), se incluirían, las jubilaciones incentivadas en curso, que suman un promedio de 500 al año sobre una plantilla de 23.000 empleados.
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