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'Libération' celebra sus 20 años con un record

El diario despliega en la plaza de la Bastilla una primera pagina de 16 metros

El diario francés Libération festejó ayer sus 20 años de vida descubriendo en la plaza de la Bastilla, en París, una primera página de 16 metros de alto y 9 metros de ancho. Se trata de un récord a inscribir en el Guinnes. Debajo del logotipo del periódico, y a manera de información destacada, la publicación del álbum que el propio diario ha lanzado a la calle -258 páginas, 100 francos (2.200 pesetas) para recordar el periodo 1973-1993.

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Libération salió por primera vez a la calle el 18 de abril de 1973. Era el heredero de otro Libération -1944-1964-, hijo de la euforia de la victoria sobre el nazismo. El nuevo era un fruto tardío del Mayo del 68. Todo el mundo cobraba igual -es decir, poco-, desde los directores a la telefonista; la información iba sin firmar y se daba prioridad al mundo alternativo: cooperativistas, ecologistas, anarcos, gay, y rojos de todo pelaje.En su editorial, Libération se autodescribía como "David en el país de los Goliath". Los titulares eran sangrantes. Cuando murió, en accidente de equitación, el propietario de un diario de derechas, Libé, como es conocido, tituló: "El caballo de Amaury sale indemne de un accidente".

En 1981 llega la primera gran crisis del diario, cuyas ventas siempre oscilaban entre los 20.000 y 40.000 ejemplares. Libé ha ido informando de sus problemas internos utilizando la metáfora de una pequeña isla, llamada Abgar, que duda sobre cómo sobrevivir.

El 21 de febrero, el diario cierra, y el 13 de mayo, después de la victoria de Mitterrand, reaparece. Ahora manda Serge July, uno de los fundadores, que llevará el diario hasta los 200.000 ejemplares diarios en los que hoy parece estabilizado. July acabará con el sueño igualitario y enterrará también la militancia izquierdista. Los salarios se diversifican, se aceptará la publicidad y a July, durante varios años, se le considerará como alguien muy relacionado con el Elíseo.

Libé se ha convertido en un diario moderno, que dedica especial atención a cuestiones de sociedad y cultura, muy innovador en el tratamiento gráfico y que conserva un cierto desenfado. Los maoístas se han hecho yuppies. Un buen síntoma de ello es la excelente información económica del diario. En 1973, Libé costaba 80 céntimos; hoy, seis francos (unas 130 pesetas). En 1973, cortarse el pelo suponía cinco francos, y hoy, no menos de 70. En el mismo periodo de tiempo, el 2,5% de parados se ha transformado en un 11,5%, París ha perdido 200.000 habitantes, el precio del metro cuadrado en la capital ha pasado de 3.760 francos a 23.150 y sólo el número de habitantes de Suecia ha permanecido inalterable: nueve millones.

¿Se ha aburguesado Libé? Es obvio que con tantos cambios la pregunta carece de sentido. En cualquier caso, el diario nos propone su primera página para el año 2000: "El último yeti encuentra al hombre". Y el abominable hombre de la nieves se deja entrevistar. Ésta es su respuesta a los crímenes que se le imputan: "Soy el que soy. En China han puesto precio a mi cabeza. En Occidente estáis dispuestos a vender a vuestra madre para capturarme o disecarme. Existo para que se me condene. No tengo nada que explicar. Soy vuestro yeti. Espabilaos con él".

En el 2001, Libé desea festejar "La paz, ahora" y ver cómo "ondean juntas las banderas de Palestina e Israel en Jerusalén". El 2009 inaugura un tren que une Sapporo y Seattle a través del estrecho de Bering, el 2013 es apocalíptico: "Debajo de los adoquines, la tercera edad", y nos narra de la revuelta de "los 16 millones de viejos", de una sociedad en la que los de "más de 65 años son el 70% de la población" y en la que no hay manera de pagar las jubilaciones.

Y para el 2014, una utopía ecológica: "Un frío que le gana al sol. Un equipo franco-surafricano anuncia el dominio de la fusión fría". Se acabaron los problemas de energía. El de los ancianos continúa, aunque ahora quizá tengan con qué calentarse.

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