Castigado y enamorado
No me hace falta soñar, cosa que sí necesitaba Martin Luther King, para gritarle al mundo y denunciar sus miserias. Sólo despertarse cada mañana, abrir los ojos y contemplar cada tarde cómo se pone el sol en la línea del horizonte. Este mundo cruel que me castiga desde cada informativo de televisión, también me tiene enamorado, me he dado cuenta que no puedo pasar sin él aunque lo odie. Porque cada mañana al despertarme siento que "amo" a este cochino Mundo.
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