Sale un toro en vez de una vaquilla en las fiestas de San Sebastián

Un grito dio la voz de alarma en la zona de toriles. "¡Es un toro!", gritó uno de los empleados de la plaza de San Sebastián de los Reyes advirtiendo del peligro. Los mozos en el ruedo, entretanto, esperaban la salida de otra vaquilla para seguir jugueteando con ella. Al observar al astado, sobrero de la corrida vespertina, el albero se quedó prácticamente vacío, mientras el animal limpiaba con sus cuernos la barrera arrollando a un joven a su paso.Y cuando los doctores habían abandonado alarmados la enfermería temiéndose que la res pudiera provocar un elevado número de heridos, ésta chocaba contra un burladero y quedaba tendida en el suelo sin poder levantarse. Momentos después era sacrificada en el mismo lugar donde había caído.

El desastre fue causado por una vaquilla que al entrar en los toriles se llevó por delante una de las cuerdas que abren los compartimientos individuales donde se encierra a los toros que se lidian cada tarde, lo que provocó que el portalón quedara abierto. El toro no tuvo más que empujar y acceder al ruedo.

El tercer encierro de la feria de San Sebastián trajo una masiva afluencia de corredores, un buen número de los cuales corrieron bajo los efectos del alcohol. En la calle Real, un joven fue arrollado por uno de los toros. Fue trasladado a La Paz con "insensibilidad en la pierna izquierda, movilidad limitada en un codo y posible hemorragia interna".

En la enfermería de la plaza eran atendidos José Fernández, César Martínez y Antonio Tadeo con heridas inciso-contusas provocadas por asta de toro. Fueron trasladados a un centro hospitalario con heridas de pronóstico reservado, según el parte del doctor Gálvez, cirujano jefe de la plaza de toros. Gálvez confirmó de forma irónica que prácticamente a ninguno de los heridos hubo que aplicarle anestesia, ya que "venían con anestesia etílica".

Carlos Covarrubias, con artritis traumática en la muñeca izquierda y en la rodilla derecha, completaba la lista de heridos.