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Un preso muere en Tenerife de un disparó de la Guardia Civil al intentar escapar

El preso Pedro Antonio Cabrera Bello, de 27 años, falleció a causa de un disparo efectuado por un guardia civil la noche del jueves, cuando Cabrera intentaba fugarse del servicio de urgencias del hospital Virgen de Candelaria, de Santa Cruz de Tenerife, según la versión del instituto armado. La muerte se produjo al dispararse accidentalmente el arma de un agente al caer éste al suelo, según la Guardia Civil. El Juzgado de Instrucción número 10 de dicha capital instruye diligencias sobre el caso para esclarecer responsabilidades.

El recluso, que cumplía condena en la prisión Tenerife II por diversos delitos de robos, falsedad y estafas cometidos en las islas, había sido trasladado a este hospital, custodiado por una patrulla de la Guardia Civil, tras ingerir unas pilas. Una vez en el túnel de entrada al servicio de urgencias, emprendió "una veloz huida hacia el exterior del centro médico, perseguido por dicha fuerza que, a la vez de darle el alto repetidas veces, efectuó varios disparos intimidatorios al aire", según una nota oficial de la Guardia Civil.Según esta versión oficial, el recluso falleció cuando uno de los agentes que trataba de detenerle, ya fuera del recinto sanitario, "tropezó, cayendo de bruces al suelo, lo que motivó que se le disparara el arma reglamentaria, recibiendo el recluso un impacto que le causó la muerte". El disparo entró por la espalda y salió por la zona del corazón de la víctima. Ayer estaba previsto practicar la autopsia al cadáver.

El agente autor del disparo fue atendido posteriormente de lesiones leves en rodillas y brazos en el mismo centro sanitario.

Los hechos fueron presenciados por numerosos vecinos de la zona, que protestaron por la actuación de las fuerzas de seguridad. Un centenar de personas apedreó los vehículos de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía (este último desplazó al lugar dos coches), "sin que hubiera que lamentar daños personales ni materiales", según informó el gobernador civil accidental, Estanislao Brotons, citando el informe policial.

El recluso fallecido, natural de Santa Cruz de Tenerife, había sido condenado desde 1985 a un total de 13 años de cárcel por nueve causas (tres robos, dos hurtos, dos sustraciones de coches, un caso de falsedad y otro de estafa) y había vuelto a prisión el año pasado por un delito contra la salud pública del que aún no había sido juzgado.

En los últimos meses se han registrado otras tres evasiones de presos en Tenerife cuando eran trasladados fuera de la cárcel. Uno de ellos, Juan José Armas Pérez, falleció también a causa de un disparo de un policía al intentar huir junto a varios reclusos de un furgón celular.

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Sanciones a funcionarios

Por otro lado, cuatro funcionarios de la prisión Tenerife II han sido expedientados por la Dirección General de Administración Penitenciaria como supuestos responsables de "incitación a internos al desorden". El pasado 21 de julio, unos 60 reclusos se subieron a los tejados de esta cárcel para protestar por la instalación de literas en las celdas.Comisiones Obreras calificó ayer, en un comunicado, como "graves y calumniosas" las acusaciones que pesan sobre un educador y tres funcionarios de vigilancia del centro, quienes, según este sindicato, "no sólo no incitaron a ninguna alteración del orden" sino que, en su opinión, actuaron "con extraordinaria profesionalidad" durante aquel incidente, ya que "de no haber sido por su actuación, podría haber sido mucho más grave".

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