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Santiago Calatrava: "Los rascacielos en Europa son ejemplos de error urbanístico"

El arquitecto reivindica la inspiración de la naturaleza en su trabajo

Santiago Calatrava es uno de los protagonistas de la arquitectura internacional. Desde 1981, ha realizado obras que le han conducido al estrellato -en marzo de este año expuso en el MOMA neoyorquino y que, a veces, le sitúan en primer plano de la polémica. Desde su aclamada reforma de la estación de Stadelhofen, en Suiza, hasta su discutida torre de comunicaciones en Barcelona, las obras de Calatrava aúnan la maestría técnica del ingeniero, el sentido espacial del arquitecto y la calidad plástica del escultor. Por eso, el arquitecto dice que se inspira en la naturaleza y el arte, defiende la innovación y critica fenómenos como los rascacielos en Europa, que considera ejemplos de error urbanístico.

"Sé que es algo que se repite desde hace siglos, pero creo que hoy en día y con vistas al futuro, es muy importante recordar que, dentro de la funcionalidad, la solidez y la durabilidad, la arquitectura tiene que perseguir la belleza", afirma Santiago Calatrava durante una conversación en el palacio de la Magdalena de Santander, donde estuvo invitado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). "¿Cómo conseguirlo? Por ejemplo, a partir de la armonización de los edificios con el paisaje o de la elección de los colores, las formas y los materiales adecuados. La gran arquitectura del futuro será la que respete las personas y la naturaleza"."No soy adivino y no puedo predecir cuáles serán los lenguajes arquitectónicos del futuro, pero estoy seguro de que, salvando el carácter de la arquitectura como arte, hay muchísimo que hacer en este campo de relaciones no directamente arquitectónicas, la ecología, la sociología...".

Esta sabiduría es crucial a la hora de intervenir en espacios de gran significación urbana e histórica. Tal es el caso de Berlín, ciudad en la que Calatrava ha realizado ya cinco proyectos desde 1989 y donde es uno de los finalistas -junto al británico Norman Foster y el holandés Piet de Bruyn- del concurso para la reforma del Reichstag, la antigua y futura sede del Parlamento alemán.

Calatrava, que tiene despachos profesionales en Zúrich, París y Valencia y vive a caballo entre las dos primeras ciudades, es sumamente cauto a la hora de hablar del Reichstag y se limita a decir: "Nada está decidido y la discreción con que se lleva el concurso me obliga a no adelantar acontecimientos, pero, qué duda cabe, Berlín es una ciudad del máximo atractivo para un arquitecto".

Intervenir en Berlín

"Es una urbe cuya capitalidad histórica es relativamente reciente, y digo reciente porque estamos acostumbrados a urbanismos históricos de sustrato más antiguo, como los de Roma, París o Londres. Se trata de una ciudad que tuvo su primer gran momento urbanístico en el siglo XVIII, con Schinkel, que es el verdadero artífice de su ordenación"."Berlín", cuenta Calatrava, "es una ciudad de tamaño intermedio, hecha a partir de barrios que antes eran ciudades autónomas, con el río Spree como nexo de unión. En los años treinta, con arquitectos como Mendelssohn, tuvo una evolución interesante y, tras la guerra y la partición en zonas de ocupación, la parte occidental se benefició de las intervenciones de arquitectos como Alvar Aalto o Le Corbusier, y más tarde, en los años setenta, del trabajo del IBA (Internationale Bauausstellung), un instituto oficial que propició obras muy interesantes, sobre todo en el ámbito de la vivienda. Ahora, tras la reunificación, la necesidad de renovar los espacios públicos permite la intervención de una nueva generación de arquitectos".

La reforma de Berlín sigue, en opinión de Calatrava, "criterios acertados y guiados por la moderación. Se trata de reconstruir el tejido urbano destruido por la división de posguerra, de conservar una altura media de 36 metros, típica de la ciudad. Ha habido algunas propuestas de erigir rascacielos en lo que era el perímetro del muro, pero en Alemania hay ahora un gran debate en torno a los edificios singulares, el llamado modelo Francfort" [el centro de esa ciudad tiene gran concentración de edificios altos].

"Yo no quiero hacer juicios taxativos", aclara Calatrava, "pero está bastante demostrado que la construcción en altura es muy difícil de integrar en las ciudades europeas. No hay ningún rascacielos europeo que pueda compararse al Chrysler Building de Nueva York. Edificios como la torre de Marne-Montparnasse, en París, que veo desde mi casa todos los días, son claros ejemplos de error urbanístico. Casi todos los edificios singulares europeos imitan el modelo de las torres gemelas de Nueva York, que son construcciones puramente estructurales, ingenieriles y funcionales: dos prismas gemelos. En cambio, en el rascacielos Chrysler, por seguir con el ejemplo, el gesto arquitectónico está al nivel del gesto estructural; es una hazaña técnica y artística".

Inspiración y arte

Arquitecto, ingeniero, diseñador, artista. ¿Cuánto hay de cada cual en Santiago Calatrava? "Yo he tenido siempre mucho interés por las artes plásticas", explica; "la plástica pura me sigue fascinando muchísimo y creo que la pintura y la escultura son actividades básicas en la creación arquitectónica. Estoy convencido de que el hecho de trabajar en la escultura y, últimamente, también en la pintura es una fuente de inspiración en mi obra"."La arquitectura, en buena medida, se basa en la tectónica, que es el control de fuerzas y de estructuras, y en esa medida tiene un componente fundamental de ingeniería que, como es lógico, influye también en mi trabajo de arquitecto, pero yo he intentado siempre hacer una obra lo más sencilla y directa posible, ligada a fenómenos de expresión muy claros. Me preocupa mucho la integración estética de la obra en el entorno y, además, que ésta sea una obra culturalmente ambiciosa, que tenga algo que comunicar".

Calatrava agrega: "La observación y la integración en la naturaleza puede ser tan útil a un arquitecto como lo es para los pintores. Un arquitecto puede aprender de la naturaleza conceptos como la proporción, la armonía de los colores y las masas, o a concatenar el color y los materiales".

La fascinación por estructuras creadas a partir de la biología, como sus voladizos que parecen grandes costillares, es una de las señas de identidad estilística de Calatrava, quien explica esa predilección diciendo: "No hay que ir a buscar los dinosaurios o las ballenas para encontrar paralelismos; a veces el cuerpo humano tiene en sí mismo una lógica constructiva que lleva a la repetición: vértebras, costillas ... ; existe una relación clarísima entre las partes de un cuerpo y las de un edificio, igual como se da entre el soporte de cargas que es la estructura arquitectónica y la osamenta de un cuerpo".

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