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Tirar de la manta

Los fiscales de Milán investigan a otras grandes empresas italianas tras la caída de Ferruzzi

La caída del grupo Ferruzzi, en el entorno de crisis política que vive Italia, ha puesto en cuestión las prácticas de las principales multinacionales y empresas del país, protagonistas de una gran expansión internacional durante los años ochenta. La fiscalía de Milán, que ya ha intervenido en Ferruzzi, ha ampliado sus investigaciones hacia otros grandes grupos. Fuentes judiciales destacan las pesquisas realizadas en torno al magnate de la comunicación Silvio Berlusconi, las grandes empresas públicas o sobre la compra de la empresa española Antibióticos por la antigua Montedison hecha a Juan Abelló y Mario Conde.El fenomenal hundimiento de Ferruzzi, segundo grupo privado italiano tras Fiat, se interpreta como una consecuencia del funcionamiento de un sistema que, a través de la corrupción, eliminó las fronteras entre empresarios, políticos y banqueros. En el núcleo de esta relación simbiótica, los fiscales de la operación Manos Limpias han localizado un filón inagotable.

La opinión pública, que apoya las acciones de la fiscalía de Milán, encabezada por el fiscal Antonio di Pietro, ve con preocupación el final de esta unidad de acción e intereses de los principales grupos económicos y políticos. La inquietud coincide con la revelación de informes sobre la realidad del endeudamiento empresarial, que en el caso de los ocho primeros grupos del país alcanza una cifra reconocida de 12,7 billones de pesetas.

Los fiscales de Manos Limpias aprovecharon la aparición de las primeras irregularidades contables en el grupo Ferruzzi -presidida hasta hace dos años por Raúl Gardini, quien se suicidó en su casa de Milán- para abrir una investigación que ha puesto al descubierto la fangosa realidad de pagos de comisiones ilegales y riesgo financiero sobre la que este grupo fundamentó su expansión internacional. Ahora las investigaciones pueden desvelar operaciones similares en otros importantes conglomerados empresariales.

Las principales empresas del país se encuentran afectadas por un alto nivel de endeudamiento, en muchos casos histórico y no provocado directamente por la actual crisis económica, sin que la situación política permita prever un fácil recurso a nuevos créditos.

Las cantidades no incluyen la financiación concedida por la banca extranjera, considerada muy cuantiosa en círculos financieros, ni los posibles créditos intergrupo. En el caso del grupo Ferruzzi y su principal empresa, la química Montedison, una modalidad perversa de estos créditos, conocidos en inglés como back to back desde la época de Roberto Calvi, financió la expansión internacional sin aparecer nunca registrados en sus libros y ha acabado siendo la principal fuente de endeudamiento.

En este ranking también aparecen grupos como Fiat, con una deuda superior a 1,1 billones de pesetas, y Pirelli, con casi 500.000 millones. Dos de las empresas públicas con un mayor número de altos ejecutivos encarcelados o encausados, el Istituto para la Recostruzzione Industrial (IRI) y el ENI suman una deuda conjunta de 8,2 billones de pesetas.

Los primeros síntomas de cambio y desconcierto, se dibujan ya. El actual administrador de Montedison, Guido Rossi, ha reclamado a la justicia el embargo de los bienes de la familia Ferruzzi, propietaria del 43% de la empresa química. El Tribunal de Milán no tomará una decisión sobre el embargo hasta fines de mes. Rossi ha sido promovido a ese cargo por Mediobanca, banco de negocios convertido en un templo financiero al servicio de las grandes fortunas y presidido por Enrico Cuccia. Mediobanca diseñó el plan de salvación de Montedison. Sólo la presión de los fiscales, explica semejante traición.

Las cuentas de Berlusconi

Los fiscales de Milán prestan mucha atención el grupo Fininvest, de Silvio Berlusconi, que tiene reconocida una deuda con la banca nacional superior a los 500.000 millones de pesetas, equivalentes al 43,7% de la facturación de 1992. El diario La Repubblica, propiedad de De Benedetti, rival de Berlusconi, ha publicado que la deuda real de Berlusconi es mucho mayor, superior a los 600.000 millones, y que el apoyo financiero recibido es consecuencia de apoyos políticos. En cifras absolutas, sin embargo, De Benedetti tiene el mayor volumen de deudas con la banca, 660.000 millones, cerca del 37% de sus ventas.

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