Exámenes y oposiciones
No sé de qué se asombra nadie ante el informe presentado por Ángel Fernández Herrero, en el que se denuncian "posibles irregularidades" en un tribunal de selectividad de la Universidad Complutense.Como profesor de Lengua y Literatura españolas, he sido, en tres ocasiones, miembro de tribunáles de selectividad de la Universidad de Sevilla y me he encontrado con los mismo hechos que recoge el señor Fernández Herrero en su informe: profesores que reciben hojas escritas por el alumno recomendado para así poder reconocer su caligrafía cuando llegue la hora de corregir el examen; alumnos con una nota media en la prueba de 2,3 que logran verla transformada en 5 gracias a que poseen amigos o familiares entre los miembros del tribunal (falta incluso el presidente) y en la que se dan por revisados los ejercicios correspondientes a las asignaturas de los profesores ausentes, etcétera.
Todos estos hechos son moneda de uso corriente en los ejercicios de selectividad y casi todos los profesores que hemos participado en los tribunales sabemos de su existencia. El motivo por el que ninguno presentamos denuncia alguna queda muy bien resumido en las palabras del propio Ángel Fernández en declaraciones á` su periódico: por no asumir todas las incomodidades que un asunto de este tipo pueda originar. Y yo añadiría: por no tener claro si estas denuncias iban a ser tomadas en consideración; por no saber cómo probar la irregularidad de los hechos denunciados (¡no somos policías!) y last but not least; por no enemistamos con compañeros a los que, tarde o temprano, podemos -encontrar en el mismo centro de trabajo. Lo siento, pero así son las cosas-
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