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Aire acondicionado para el más vago del zoo

El panda 'Chu-Lin' goza del refugio más fresco de la Casa de Campo

Los habitantes del zoo de la Casa de Campo buscan remedios contra el achicharrante sol de agosto. Se pasan el día a la sombra de su cubil de hormigón, bajo los árboles o a remojo. Chu-Lin y Chang Chang, los dos pandas gigantes, son los aristócratas del animalario y disfrutan de una madriguera con aire acondicionado, difusor de agua y termómetro.Su pelaje blanqu¡negro les protege en los fríos inviernos de las montañas de la China central, su hábitat original, pero en Madrid ese abrigo permanente estorba. Los privilegiados peluches son muy delicados y poco abundantes, así que reciben todos los mimos del personal de zoo. Sus parientes los pandas rojos también disponen de una instalación con aire acondicionado, pero generalmente prefieren encaramarse a una rama y dejar que sus patas cuelguen como frutos.

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Chu-Lin y Chang Chang se merecen el título de vecinos más perezosos del zoológico. Se pasan días enteros tumbados panza arriba y ni siquiera se mueven demasiado cuando su cuidador, Ángel Sánchez, entra en su chamizo con un aperitivo de bambú en la mano. Ángel intenta sacar a Chu-Lin de su catre de madera y llevarle al jardín. "¡Venga, so vago!", le jalea. La estrella del zoo no quiere posar para la cámara.

"Los leones por lo menos tienen dos momentos diarios de actividad", explica Enrique Sanz, veterinario del zoo. "Los pandas gigantes son, con diferencia, los animales más vagos", sentencia.

El premio al animal más lujurioso se lo adjudica a los delfines, unos mamíferos tan fascinantes que Enrique podría hablar de ellos durante días. Los machos no se conforman con copular con las hembras de su especie, sino que además intentan practicar la humanofilia con las entrenadoras.

Tanto los delfines como el resto de los animales acuáticos se sustraen a los calores en sus piscinas, pero, si el mercurio rebasa los 35 grados, los empleados del zoo les preparan un baño on the rocks (con hielo). Uno de los que peor soportan el calor, el oso polar, ya no vive en el zoo. La última osa blanca que quedaba murió de vieja. Pero sus primos los plantígrados pardos tienen que ducharse constantemente

Abrigo bengalí

"Mira qué postura tiene ése, colega", le dice un adolescente a otro. El espectáculo que ofrecen los animales en verano divierte a los visitantes. Muchos yacen despatarrados panza arriba. Un par de jóvenes tigres bengalíes retozan a la sombra y uno de ellos intenta sacarse de encima el abrigo de piel del contrincante: con el propio pelo basta.El encargado de su cuidado dice que las altas temperaturas no suponen mayor problema para los golosos. "O están a la sombra o en el agua", explica, "ya me gustaría a mí estar como ellos".

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