Los 'señoritos'

Una vez más, Arenas, flamante presidente del PP en Andalucía, vuelve a decir insensateces: "Si los señoritos son los que tuvieron poder y abusaron de él, hoy los senoritos son los socialistas" (EL PAÍS, 26 de julio de 1993, página 12). Hace bien Arenas en llamarlos señoritos; los señoritos andaluces jamás fueron señores. Y hace mal al querer confundir la opinión de las gentes sencillas:El pueblo andaluz sí conoce su verdadera historia. Una historia de hambre, miseria, explotación, persecuciones, torturas, cárceles, fusilamientos en masa, deportaciones, etcétera. Y ahora quiere engañarnos diciéndonos qué una historia similar la están 'escribiendo los socialistas.

¿Pero acaso este señorito conoce la verdadera historia de su pueblo? ¿De verdad no sabe los apellidos de aquellos que han hecho gemir a ese pueblo, tan señorialmente orgulloso, durante centurias? ¿No son los actuales terratenientes andaluces los descendientes de aquellos que hace más de cien años preferían no recolectar sus cosechas antes que dar trabajo a los obreros agrícolas en paro? ¿No sabe que fueron esos terratenientes, junto con los castellanos, los que se opusieron tenazmente a la industrialización de nuestro país, acarreándonos más de un siglo de retraso con respecto a Europa?

¿No sabe del poder caciquil de esos despreciables señoritos que, apoyados en el reaccionario poder público (y en la Guardia Civil, y en la Iglesia), les permitía hacer listas negras de familias enteras, poner y quitar alcaldes, gobernadores, obispos? ¿No sabe que ese poder era tan omnímodo que, incluso, anulaban elecciones cuando de ellas salía elegido algún trabajador, a quien el pueblo había votado para evitarle la cárcel o el destierro? ¿Y no sabe quienes se oponían a tanto desafuero y a tanto crimen, sacrificando sus propias vidas y las de sus, familias?: los socialistas, señor Arenas. Los socialistas.

Y al decir los socialistas me estoy refiriendo a los socialistas en general. En primer lugar, a los anarcosindicalistas (de honda y arraigada - tradición de lucha en Andalucía), a los socialistas propiamente dichos y, más modernamente, a los comunistas.

Jamás en la historia nadie que se preciara de monárquico, conservador o moderado alzó su voz contra la injusticia, la explotación y el oprobio de un pueblo.

Arenas miente conscientemente, a sabiendas.-