Música en verano

Si usted es amante de la música clásica y lee en cualquier programilla Silvestri String Quartet, no se lo pierda: coja el coche si es necesario y hágase 100 o 200 kilómetros. Merece la pena. Los críticos españoles aún no han dado con ellos. Son cuatro jóvenes rumanos (dos violines, viola y violonchelo). Tocan maravillosamente. Van en gira de conciertos de verano. En los que se vienen celebrando los sábados de junio y julio en el castillo de Manzanares el Real aparecían en una relación general interesante. La gente acudió el sábado pasado como siempre, algunas familias enteras llevando sus propias sillas. El patio del castillo y la balconada estaban llenos de veraneantes con niños y cámaras fotográficas. Japoneses, alemanes y de Lavapiés. En el programa, E. Canales, Arriaga y Beethoven. Tardó en hacerse el silencio. Pero comenzaron y comenzó el embrujo. Al final, con el cuarteto en do maPasa a la página siguiente

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yor, Rasumowsky, de Beethoven, los niños tumbados en el suelo alucinados, lo1s veraneantes in móviles, ni un programa ni un abanico haciendo aire. El silencio y la emoción rotos solamente por el fru fru de las golondrinas y los murciélagos. Dios, qué conjunción, qué musicalidad, qué maestría. Y de propina, el aria de la suite en re de Bach y un tema de Boccherini. No se los pierda, de verdad, no se los pierda, aun que se los hayan perdido los críticos. Aún no han grabado discos, así que la recomendación es más inaplazable.-