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Israel despliega más dados al sur de Líbano

La ofensiva israelí en el sur de Líbano prosiguió anoche por sexto día consecutivo y no da señales de detenerse. Al revés: una columna de entre 40 y 50 tanques del Estado hebreo, con unos 400 soldados, se dirigió ayer hacia la zona de seguridad ocupada por Israel. Una parte de los blindados traspasó la frontera, mientras el resto tomó posiciones en las proximidades. El Gobierno de Jerusalén ignoraba así la oferta de la guerrilla integrista del Hezbolá, formulada unas horas antes, de poner fin a sus ataques contra Israel con la condición de que cesaran los bombardeos.

Fuentes de las Naciones Unidas expresaron su preocupación de que los últimos movimientos militares israelíes tengan por objetivo último ampliar la zona de seguridad establecida de manera unilateral al sur de Líbano. El número de muertos desde que se inició la operación Ajuste de Cuentas, el pasado domingo, es de 126. Los heridos superan a los 500, la mayoría civiles.Mientras, la diplomacia estadounidense trabaja a contrarreloj para detener el conflicto, aunque el secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, haya postergado "para uno o dos días", según Washington, su viaje a la zona.

El embajador egipcio en Washington, Ahmed El Sayed, anunció ayer por la tarde que el alto el fuego era cuestión de horas. Los rumores al respecto, que fueron propagados incluso por fuentes de las Naciones Unidas, quedaron desmentidos anoche, sin embargo, por la propia realidad. Los bombardeos de la aviación hebrea proseguían, así como los disparos del Hezbolá contra el territorio israelí. Israel no confió en la oferta de la guerrilla integrista, dirigida por el jeque Hasan Nasralá, que ofreció poner fin a sus ataques con cohetes katiushas sobre el norte de Galilea si Israel dejaba a su vez de bombardear el sur de Líbano.

Un portavoz del Ministerio israelí de Defensa, Oded Ben Ami, aseguró que esta propuesta no había sido tomada en consideración por el Consejo de Ministros extraordinario convocado ayer por el primer ministro, Isaac Rabin. Ben Ami aseguró que su Gobierno no observaba cambio alguno en la situación y se mostró decidido a proseguir con los bombardeos hasta que cesen los ataques con cohetes.

La oferta del jeque Nasralá se había visto empañada, además, por un comunicado de la organización palestina Yihad Islámica, que se mostró dispuesta a tomar el relevo del Hezbolá, si éste cedía.

No obstante, algo parece moverse en las últimas horas. El propio Ben Ami reconoció ayer que la, diplomacia norteamericana está "muy activa" y que la presión es grande. Si los norteamericanos, u otros, están en condiciones de garantizar que no habrá ataques de katiushas sobre nuestro territorio los bombardeos cesarán inmediatamente", aseguró el portavoz del Ministerio de Defensa israelí. Los observadores consideran que Israel no ofrece crédito a la oferta de Hezbolá y quiere que ésta sea realizada por su mentor sirio. En las últimas horas parecen haberse multiplicado los frentes diplomáticos. Estados Unidos trata de urdir un acuerdo general, incluyendo a los sirios.

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En Damasco, mientras tanto, los ministros de Exteriores de la Liga Arabe iniciaron anoche una reunión, que proseguirá hoy, para analizar la situación en Líbano. El objetivo es reclamar la aplicación de la resolución 425 del Consejo de Seguridad de la ONU, que pide la inmediata retirada de Israel de Líbano, y fue adoptada en 1978. Horas antes, los titulares de Exteriores de Siria, Faruk El Chareh, de Irán, Alí Akbar Velayati y el líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, mantuvieron una reunión privada de la que no se ofrecieron detalles.

Al iniciarse la reunión de la Liga Árabe, su secretario general, Esmat Abdel Meguid, exigió al Consejo de Seguridad de la. ONU que tome "medidas inmediatas y eficaces" para poner fin a la ofensiva del Estado hebreo. "La ofensiva israelí amenaza el proceso de paz", añadió.

Rabin no cede

A pesar de ello, Rabin no cede. En la tercera reunión ministerial desde el pasado domingo, celebrada ayer en Jerusalén, el Gobierno israelí evaluó la situación pero declinó tomar decisión alguna, pese a que algunos observadores esperaban la orden de cese el fuego.Rabin pretende aislar totalmente al Hezbolá de sus bases. Pero los guerrilleros de este grupo se mueven en motocicletas, para evitar ser detectados, y tratan de ocupar las localidades abandonadas por los campesinos libaneses, quienes han huído despavoridos al norte. En este sentido, fuentes del Ministerio del Interior libanés aseguraron ayer que el número de desplazados supera los 300.000, y que más de 50.000 de ellos han encontrado acomodo en la capital, bien en casas, en escuelas o mezquitas.

En Israel, por otra parte, no ha gustado el cambio de posición de Estados Unidos que, tras unos primeros días de silencio cómplice, ha pasado a criticar la acción. El diario Maariv acusó ayer a Washington de hipocresía, pues, a su juicio, no se preocupa por las víctimas civiles cuando sus misiles caen sobre Bagdad o sus helicópteros disparan contra la población en Somalia.

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