"He visto de todo"
Zelko tiene 25 años y la mirada perdida. Pelo negro y alborotado, las manos juntas. Fue por primera vez al hospital psiquiátrico en noviembre y pasó dos meses en el centro. Las palabras se le han convertido en una carambola lenta. Era conductor de ambulancia y la muerte de un primo al que se sentía muy ligado rompió sus lazos con el deseo de vivir. Era la última gota. "He visto de todo", musita, y añade: "Intenté matarme. Me siento vacío".Dzevad tiene 21 años, es rubio, tiene los ojos azules, fue hospitalizado en diciembre, después de haberse convertido en un adicto a la ruleta rusa. Sólo quiere sanar para volver a combatir: "Para defender Bosnia y por motivos personales". Los motivos personales son vengar a sus seis amigos muertos en el frente. "Una parte de su personalidad quiere desaparecer en una clara identificación con sus amigos", dice la neuropsiquiatra Radija Velic. Zelko y Dzevad pasan consulta dos veces por semana en el hospital de día del complejo de Kosevo, y padecen el llamado síndrome de estrés postraumático, un mal que afecta tanto a civiles como a militares en Sarajevo.
El doctor Slobodan Loga es el director del hospital psiquiátrico de Kosevo y está trabajando en un proyecto sobre los aspectos psicosociales de la guerra en Bosnia-Herzegovina. Dice que se puede hablar de un nuevo tipo de enfermedad mental vinculada al estrés desencadenado por la guerra. La duración del sitio de Sarajevo no ha hecho sino agravar esta enfermedad. La guerra no termina, el sitio no se levanta y los ciudadanos de Sarajevo se siguen enfrentando cada día a la dificultad de sobrevivir física y mentalmente. Según el doctor Loga, "todos los habitantes de Sarajevo están afectados por el estrés", pero distingue tres tipos de afección:
1. Reacción acutánea. Reacción inmediata tras un bombardeo. Paraliza al individuo, pero dura un tiempo corto. Sus efectos pasan con relativa rapidez y los enfermos no necesitan tratamiento.
2. Estrés provocado por el intento de adaptación a una situación extrema. Incapacidad, durante tres o seis meses, de adaptarse a la vida cotidiana. Es el más frecuente ahora.
3. Estrés y desórdenes postraumáticos. Es el más grave. "Esperamos un gran número de enfermos de este tipo al final de la guerra". Síntomas de insomnio, ansiedad, desesperación, depresión, ideas suicidas y agresividad.
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