Yo también siento vergüenza
No sólo el señor obispo siente vergüenza. Muchos ciudadanos y ciudadanas de este país la sentimos. Algunos afectados por el problema ¿le la droga y otros no, pero es igual; parece ser que a ustedes, vecinos. de Trijueque, este problema no les pertenece.¿Acasocreen que viven en un mundo aparte y que su pueblo está limpio de todo pecado y no quieren contaminarse con la presencia de estos muchachos? Vecinos y vecinas de Trijueque, podría ser otro pueblo, es igual, estoy convericida de que personas como ustedes las hay en toda España; es la España que dice que no es racista pero no quiere negros ni moros en su pueblo; es la España que no quiere niños seropositivos en el colegio donde van sus niñitos; es la España que no quiere gitanos en su pueblo; es mucha España la nuestra. Vecinos y vecinas de Trijueque, la droga existe en la sociedad española, incluido su pueblo, y no se libran por no recibir a los muchachos de Proyecto Hombre. Lo único que demuestran es pertenecer a esa España insolidaria, injusta, inculta y pobre de sentimientos humanos que por desgracia tenemos.
Sí siento vergüenza, porque sé que estos muchachos de Proyecto Hombre, como de otros centro! de rehabilitación, están luchando por volver a una vida que no tenían; quieren vivir como personas y no les dejan. Siento vergüenza, porque sé que sufren y estas discriminaciones afectan a su proceso; sé que lo que más necesitan es cariño, comprensión y mucho amor.
Siento vergüenza, señores de Trijueque, porque si esa España que ustedes representan se extiende, puede ser que las cámaras de gas nazis no estén tan lejos. Josefa Peñaranda Sancha.
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