El PSOE gallego quiere marginar al 'aparato' de la campaña electoral

El secretario general de los socialistas gallegos, el renovador Antolín Sánchez Presedo, pidió ayer a Felipe González su respaldo para que en la campaña de las elecciones gallegas del próximo otoño pueda prescindir del aparato del PSOE y la organice autónomamente. Sánchez Presedo salió contento de su entrevista con González porque consiguió del presidente del Gobierno el compromiso de su participación activa en la campaña de los comicios gallegos, que se celebrarán el día 17 de octubre.

Antolín Sánchez Presedo, a su salida del palacio de la Moncloa, hizo una defensa de las tesis renovadoras al señalar que "si los ciudadanos apuestan por el cambio sobre el cambio, también hay que hacerlo dentro del PSOE con un espíritu reformista".El secretario general de los socialistas gallegos se mostró partidario de que. las tareas de renovación las lleve adelante gente comprometida con esas ideas. "Es normal que las tareas de Gobierno las asuman los que están comprometidos con las nuevas políticas", manifestó en referencia a la ausencia de guerristas en el Gobierno.

Por esa misma razón, Sánchez Presedo pretende que la campaña electoral de las autonómicas gallegas de octubre no sea dirigida desde el aparato del PSOE, sino por la dirección de los socialistas gallegos. Las federaciones socialistas renovadoras y algunos secretarios regionales no ocultan sus reticencias al tono que imprimen las campañas organizadas por el aparato, especialmente desde la iniciativa del tebeo que Rafael Delgado, el secretario de Alfonso Guerra, puso en marcha con motivo del décimo aniversario del Gobierno socialista. El tono impreso por el aparato a la campaña electoral del 6 de junio -los carteles de Felipe González, el tren...- reprodujo el inalestar de los renovadores.

Simbolismo electoral

Ayer, Sánchez Presedo, a la salida de La Moncloa, no hizo ninguna referencia directa a esta cuestión, pero sí recordó la importancia de las próximas elecciones gallegas como prueba del cambio sobre el cambio: "Las elecciones están abiertas. Tienen un simbolismo enorme por ser las primeras que se celebran tras las elecciones del 6 de junio y los socialistas apostamos por ganar. Después de las elecciones del 6 de junio, que han supuesto un cambio de rumbo en Galicia, la sociedad está, reaccionando y en octubre se va a permitir que el reloj de Galicia se ponga en hora".

Para tratar de rivalizar con éxito con el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, -a cuyo equipo calificó de "Parque Jurásico de la política europea"-, Sánchez Presedo cree totalmente necesaria una política de renovación socialista en Galicia.

Guerristas significativos

El secretario general de los socialistas gallegos se mostró, no obstante, partidario de contar en las tareas de renovación con los guerristas más significativos de la región como el alcalde de La Coruña y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Francisco Vázquez, y el diputado por Pontevedra y miembro de la Ejecutiva Federal, Abel Caballero. "Es necesario que todos los socialistas trabajen en el camino de la renovación", dijo. Sánchez Presedo manifestó también su conformidad con la tesis de Felipe González de no adelantar el congreso del PSOE y rechazó los "debates nominalistas", en referencia a la polémica abierta sobre la continuidad o no de Alfonso Guerra al frente de la vicesecretaría general del PSOE tras el próximo congreso.

Sin embargo, el nuevo ministro para las Administraciones Públicas y dirigente renovador del PSOE, Jerónimo Saavedra, expresó ayer: "No se me pasa por la cabeza que una personalidad tan importante como Alfonso Guerra no pueda aceptar estar en minoría". Saavedra dijo también, en declaraciones a Efe, que no es necesario buscar un entendimiento entre Felipe González y Alfonso Guerra.

"No creo que sea necesario buscar siempre un entendimiento entre dos personas que han sido líderes indiscutibles del PSOE y que tienen una concepción distinta de los acontecimientos socioeconómicos", dijo Saavedra. En esta misma línea, el ministro añadió: "No tiene por qué haber siempre una síntesis entre ambos y eso no me parece traumático. Que haya presencia en la dirección, sí. Debate, sí, pero que luego la mayoría definida por un congreso actúe, aunque sea con el voto en contra de los que no están de acuerdo".