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El primer ministro japones no quiere dimitir, pese a su retroceso electoral

Juan Jesús Aznárez

Un comentarista japonés calculaba ayer que romper la complicidad de políticos, empresarios y burócratas, fundamento de la corrupción ínstitucionalizada, llevaría cien años. Los expertos sostienen que, aunque las elecciones generales del domingo asestaron un fuerte golpe al Partido Liberal Democrático (PLD), en el poder desde 1955, el proceso hacia un cambio sustancial va a ser complicado. Por el momento, el actual primer ministro, Kiichi Miyazawa, ha anunciado su intención de seguir en su puesto.

Los resultados oficiales y definitivos de los comicios más importantes en cuatro décadas confirman las primeras impresiones: los conservadores obtienen 223 escaños, muy lejos de la mayoría de 256 necesaria para poder imponer en solitario sus propuestas en una Cámara baja de 511 diputados, y de los 275 obtenidos en 1990; el partido socialista sufre una derrota histórica al pasar de 134 a 70; el centrista Komeito logra seis escaños más y se coloca en 55, y los tres nuevos partidos de centro-derecha, fundados por disidentes del PLD, todos ellos favorables a la reforma del sistema, suman 103 representantes.Ellos poseen las claves para la formación del nuevo Gobierno. Durante la campaña electoral, reiteraron hasta la saciedad que no pactarían con sus antiguos compañeros.

El partido comunista, los socialdemócratas, independientes y otras formaciones completarán la composición de la nueva Cámara, cuya primera reunión ha sido fijada para el 2 de agosto. El día 12 de ese mes se nombrará al nuevo primer ministro. Para entonces, el PLD tendrá que estar en condiciones de presentar un programa de gobierno con suficientes apoyos.

El actual titular, Kiichi Miyazawa, a quien desde el propio partido se acusa de no haber sabido manejar la crisis que el 18 de junio obligó a la disolución de la Cámara y la convocatoria de elecciones anticipadas, negó ayer en conferencia de prensa que vaya a dimitir en los próximos días, aunque no descartó hacerlo si lo pide la dirección liberal.

"Somos aún el partido mayoritario con gran diferencia y debo intentar mantener su unidad", dijo el primer ministro como excusa tras la derrota electoral del domingo. Miyazawa, aunque se declaró el principal culpable del revés, restó dramatismo a la pérdida de la mayoría absoluta parlamentaria al subrayar que "son muchos los partidos en el Gobierno que no tienen mayoría".

Portavoces oficiales indicaron que, en los próximos días, el partido liberal puede lograr el apoyo parlamentario de varios independientes y llegar hasta los 235 diputados y, después, desarrollar conversaciones de más envergadura con otras formaciones hasta asegurar la mayoría necesaria para nombrar primer ministro y formar Gobierno.

La oposición, por su parte, intentará, en una maniobra más compleja, formar una amplia coalición para arrebatar el Ejecutivo, por primera vez desde 1955, al partido liberal. Los cinco partidos con más posibilidades de consolidar una alianza, -socialista, centrista, Shinseito, socialdemócratas y federación socialista-, agruparían unos 210 diputados.

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