Los liberales japoneses pierden la mayoría absoluta

El conservador Partido Liberal Democrático (PLD), artifice del espectacular desarrollo económico japonés de posguerra yde un sistema de gobierno que invita a la corrupción y al escándalo, perdió en las elecciones legislativas de ayer la mayoría parlamentaria y parte de la impunidadpolítica disfrutadas durante 38 años. El PLD, castigado por recientes deserciones, es aún la fuerza claramente dominante, al sumar 223 escaños en una Cámara bajade 511. Pero deberá conseguir el apoyo de otros grupos hasta disponer, al menos, de 256 diputados y formar un Gobierno que, se anticipa débil.

Los partidos de nueva creación alcanzaron los objetivos propuestos, según los datos suministrados por las cadenas de televisión. Japón, cuya izquierda queda malparada, al pasar los socialistas de 134 a 70 escaños, entra en un periodo de cierta inestabilidad y confusión. Su conclusión llevará tiempo.Los comicios fueron anunciados como los más importantes desde la II Guerra Mundial porque participaron en ellos partidos de centro-derecha fundados por cuadros del Partido Liberal Democrático que abandonaron sus filas reclamando la puesta en marcha de una reforma que reduzca la estrecha relación entre dinero, políticos, burócratas y gran empresa, y en no pocas ocasiones la mafia. También pidieron la actualización de estructuras y prácticas administrativas que fueron eficaces durante la guerra fría y ahora se denuncian como inservibles. El PLD ha prometido llevarla a cabo, pero progresivamente.

Las cuadros escindidos crearon en mayo de 1992 el Nuevo Partido de Japón. Su líder, el popular Morihiro Hokosawa, entra ahora en el Parlamento. El mes pasado se formaron Shinseito y Sakigake. Estos dos últimos partidos nacieren después de que, el 18 de junio, medio centenar de diputados, unos sinceramente y otros por razones de oportunidad política, votaran a favor de la moción de censura contra el Gobierno presentada por la oposición parlamentaria, con el cargo de incumplimiento programático en la aplicación de la reforma. El líder de Shinseito, el antiguo ministrc, de Finanzas Tsutornu Hata, se declaraba ayer optimista por volver a la Cámara baja y haber aumentado su fuerza parlamentaria: abandonó el PLD con 36 diputados, y regresa, como cabeza de fila, con 55.

A pesar de la fuerte campaña de prensa y la crisis entre los liberales, sólo han acudido a las urnas el 68% de los 94,8 millones de japoneses con derecho a voto cinco puntos, menos que en 1990.

La nueva Cámara baja aprueba los presupuestos, decide el primer ministro y firma los tratados. Pero la lluvia, el importante torneo nacional de sumo de la ciudad de Nagoya -televisado en directo- y fundamentalmente las dudasde una gran parte del electorado sobre las posibilidades reales de cambio fueron citados como factores contrarios a una mayor participación.

El secretario general de los fl berales, Seiroku Kajiyama, cuya intransigencia aceleró las deserciones del pasado junio, indicó que se negociaría un apoyo parlamentario para formar el Gobierno y se mostró confiado en las posibilidades del partido. "La sociedad quiere un cambio dentro de la estabilidaU, declaró.

Derrota socialista

Los socialistas perdieron diputados con escaño desde 1955. La sociedad japonesa rechazó un programa de izquierda diseñado en los años del enfrentamiento de bloques: promueven la abolición del Ejército y una radical revisión del acuerdo de seguridad con Estados Unidos. La pérdida de votos de los socialistas disminuye las posibilidades de una coalición antigubernamental.Los 511 escaños de la Cámara baja fueron asignados en un sistema de elecciones directas, efectuado en 129 circunscripciones, por el que varios candidatos luchan por los escaños (entre tres y cinco). No se vota a listas de partido, sino a candidatos, y así ocurre que varios hombres del PLD, con mejor maquinaria local, copaban tres de los cuatro asientos en juego. El sistema electoral, que prima el sufragio rural, garantiza el voto en bloque de los arroceros al partido gobernante, que prohibe cualquier importación de arroz. El primer ministro, Kiichi Miyazawa, de 73 años, cuya popularidad fue siempre poca, declaró que los liberales se mantienen porque han asegurado "muchos, muchos años de estabilidad". "Pienso", añadió, "que hemos [el PLDI dejado atrás lo peor".

El Parlamento surgido de las elecciones legislativas deberá reunirse dentro de un periodo de 30 días para elegir al nuevo primer ministro. Su actual titular, Kiichi Miyazawa, no despierta muchas simpatías entre algunos sectores del partido liberal, y el ministro de Correos y Telecomunicaciones, Junichiro Koizumi, se manifestaba ayer partidario de su inmediata. dimisión: "Está claro que después de estos resultados debe dimitir. De esto no hay duda", dijo.

El titular de Exteriores, Kabun Muto, poco después de haberse convocado los comicios, aseguró que las posibilidades del partido serían mayores si muriera Miyazawa. "Sin comentarios", respondió éste cuando se le pidió una valoración. "Un primer ministro debe tener sentido del humor", justificó después el jefe de la diplomacia nipona.

De acuerdo con la nueva correlación de fuerzas, es Morihiro Hosokawa, un político descendiente de samuráis, quien con su Nuevo Partido de Japón puede decidir la próxima mayoría parlamentaria. Tras conocer su importante presencia en la Dieta, evitó pronunciarse al respecto.