Laborda pide la reforma constitucional para adaptar las funciones del Senado
El presidente del Senado, Juan José Laborda, considera que la reforma de la Constitución para otorgar a la Cámara alta una función territorial supone reformar el Estado, por lo que estima que para abordar esa reforma hace falta prudencia y un espíritu de consenso.Laborda considera que es necesaria la reforma de la Constitución, pero advierte que los partidos políticos no deben planteársela con un objetivo temporal, sino con un objetivo ideológico.
"Cambiemos la Constitución", dijo Laborda, "cuando tengamos la certeza de que el cambio va a tener el mismo apoyo que tuvo su aprobación".
Para Laborda, el contenido de esa reforma es, por tanto, la cuestión principal, ya que estima que no debe quedarse sólo en la forma de elección de los senadores, debido a que, a su juicio, sería "insuficiente y frustrante, porque habría senadores autonómicos puros (elegidos por los parlamentos autonómicos), mientras que el Senado tendría las mismas limitadas funciones territoriales que posee ahora".
El objetivo, según el presidente de la Cámara alta, debe ser concretar las funciones de la institución, lo que, para él, implicaría que las comunidades autónomas se relacionaran con el Estado a través del Senado, y no a través del Gobierno, como ocurre actualmente.
Laborda subrayó que hay que preguntarse si existe madurez política para dar ese paso, y si hay voluntad de todas las formaciones parlamentarias para ello.
Mientras llega la reforma del texto constitucional, el presidente del Senado defiende la reforma del Reglamento de la Cámara como un paso previo y experimental, y estima que antes de fin de año puede estar aprobada esta modificación, teniendo como punto de partida el proyecto de reglamento que no dio tiempo a aprobar la pasada legislatura.
Para impulsar los trabajos pertinentes con ese fin, Laborda anunció que tiene la intención de presidir la Comisión de Reglamento encargada de su tramitación. A pesar de las reticencias del PP para esa reforma durante la pasada legislatura, Laborda está convencido de que hay un "campo amplísimo de encuentro" con el partido de José María Aznar.
El problema principal expuesto por los populares, el uso de las lenguas cooficiales de las comunidades autónomas, no debe ser objeto de polémica, según Laborda, quien hizo hincapié en el carácter simbólico de la utilización en el Senado del catalán, el euskera y el gallego, lenguas a las que calificó de "bienes culturales de la nación política que se llama España".
Respecto a la posible participación en un futuro de CiU y del PNV en el Gobierno de la nación, Laborda señaló: "Partiendo de la base de que el nuevo Gobierno tiene fuerza propia y puede durar toda la legislatura, el PSOE está en inmejorables condiciones para asumir la responsabilidad de incorporar al Ejecutivo a los nacionalistas catalanes y vascos".
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