González descarta el adelanto del congreso del PSOE
El líder socialista critica a los que "opinan sin pensar" y pide que el partido no se "tribalice"
El congreso del PSOE no se adelantará. Se celebrará a principios de 1994. El presidente del Gobierno, Felipe González, marcó ayer en Salvador -en el Estado brasileño de Bahía- una clara distancia con respecto a la ofensiva del sector renovador del partido contra el guerrismo, que tuvo su episodio más duro en una declaración del presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, certificando la muerte del guerrismo". El líder socialista ha amonestado a quienes han empañado la formación del nuevo Gabinete reabriendo las luchas internas. "Algunos opinan sin pensar", dijo aludiendo a los renovadores que han pedido el adelanto del congreso del PSOE y a quienes reclamó que no "tribalicen" el partido.
ENVIADO ESPECIALGonzález espera que gracias a la combinación en la futura dirección del partido de personas con experiencia y de rostros nuevos, el PSOE logrará poner al día su mensaje para comunicarse mejor con la sociedad. Éstas son las metas que el secretario general del PSOE, Felipe González, se ha fijado para los próximos meses, según declaró ayer.González estaba ayer contento, como cada vez que participa en un foro en el que desempeña un papel protagonista. Acababa de concluir la III Cumbre Iberoamericana y, con cierta ingenuidad, los periodistas suramericanos le describían en las preguntas que le formulaban como el líder socialista. más importante del mundo. "Por lo menos el más viejo", contestaba sonriente. ¿Cómo explica su éxito?, proseguían incansables. "No por nuestros méritos, sino por los deméritos de los demás", bromeaba en su respuesta.
Puso algún reparo a hablar desde Brasil de política interior, pero acabó cediendo a la tentación. Ante la revindicación de los renovadores del PSOE, que piden que se adelante el congreso González fue tajante: "Creo que la gente a veces expresa una opinión sin pensarla".
"Saben que el congreso tarda seis meses en prepararse", prosiguió. "Si se cuentan seis meses a partir del mes de agosto, pues resulta que el congreso es ordinario". "Está en la fecha de cumplimiento de los cuatro años del congreso anterior". Volvió a arremeter contra los que solicitan el adelantamiento: "Es una de las partes de la discusión inútil, y como ésa hay muchas más".
Gonzállez está ya en condiciones de indicar cuál le gustaría que fuese el resultado del congreso. "Creo que un partido, pensando en la frontera del año 2000, tiene que actualizar su política y su mensaje, tiene que actualizar su comunicación". "Los partidos tienen que romper la tendencia a la tribalización ( ... ), que es casi connatural a las organizaciones políticas". "Es un lenguaje que está bien para entendemos nosotros, pero que a veces no sirve para comunicarse con los ciudadanos", explicó.
"Y ésta es la decisión que me gustaría que se tomara" en enero o febrero del año próximo. "Quiero que sea un partido abierto y que se comunique con la gente en un lenguaje que todo el mundo entienda". "No en un lenguaje, al amparo ideológico, que en realidad oculte nuestra incapacidad para comunicarnos con los demás".
Impulso nuevo
Para alcanzar este objetivo es necesario mezclar en la cúpula del PSOE, dio a entender el presidente del Gobierno, "a elementos de continuidad, que aporten la experiencia, con elementos de cambio que aporten un impulso nuevo". En claro, en el futuro Comité Ejecutivo del PSOE intentará que haya caras nuevas de hombres y mujeres afines al actual secretario general.Lograr estas metas es tanto más importante cuanto que muchos ojos de responsables socialdemocrátas europeos están puestos en el PSOE. "Sobre nosotros", recalcó González, "pesa una responsabilidad como no había pesado históricamente hasta ahora". "Hay bastante gente pendiente de analizar cuáles son nuestros comportamientos (... ) y por qué los ciudadanos siguen dándonos la confianza", y mencionó a tres países: Francia, Suecia y Alemania. "Lo decimos sin sacar pecho, pero es la primera vez que esto ocurre, y no sólo en los partidos de la órbita de la socialdemocracia, sino también en los partidos democristianos".
Desmintió una vez más que el Gobierno que acaba de formar tenga carácter temporal hasta la entrada de los nacionalistas en el Gabinete. "Cualquier apreciación sobre el carácter de provisionalidad me parece absolutamente absurda". "Vamos a preparar nuestro trabajo para toda la legislatura". "Sería absurdo que hiciera un Gobierno pensando en que dentro de tres o cuatro meses se remodelará".
Se cuidó, sin embargo, de no dar ningún portazo a los nacionalistas catalanes y vascos, con los que le gustaría cerrar acuerdos "al máximo nivel que sea posible". "Si en un determinado momento del recorrido de la legislatura, que nadie puede prever, se producen entendimientos o intentos de coalición, lo veremos", dejó caer González.
Su programa para los próximos meses, reiteró, consta de tres puntos. El primero es elaborar un presupuesto para 1994, que deberá presentar a las Cortes antes del 30 de septiembre. Su segunda prioridad es un pacto sobre el empleo y la competitividad, en el que quiere que sean "partícipes las fuerzas políticas" empezando por las que le apoyan. Y el tercero es el "impulso democrático", que no acabó de definir. "Me gustaría tener un acuerdo con los partidos que quieran ayudar a que haya una mayoría estable".
González tenía prisa por regresar a Madrid, adonde llegó ayer a mediodía. Tras la conferencia de prensa que dio en su hotel, se embarcó en un avión Falcon 900. No asistió a la cena de clausura de la cumbre que ofreció el presidente brasileño, Itamar Franco. El Rey sí se quedó, y anoche voló a México. Primero descansará en una playa del Pacífico y después hará una visita de trabajo al Distrito Federal.
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