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Cuatro grandes grupos pugnan por construir el barrio que cubrirá las vías de Chamartín

Javier Casqueiro

El proyecto para reformar la estación de Chamartín y las 62 hectáreas de sus alrededores es caro (300.000 millones de inversión), se plantea en 10 años y encuentra el rechazo del Ayuntamiento y de algunos vecinos, pero está claro que interesa a los empresarios. Cuatro grandes grupos, los más representativos de los sectores inmobiliario, financiero, ferroviario y de la construcción, con presencia nacional e internacional, pujan por un concurso que experimentará por primera vez en España levantar edificios, oficinas y hasta parques sobre las vías y los terrenos muertos en los aledaños de una estación.

Raimon Martínez Fraile, director general de Planificación de Renfe, admitió ayer, en la apertura de las plicas de este concurso internacional, que se le acusaba con razón de haber apurado demasiado la ejecución de este proyecto. Parecía un sueño megalómano hace cinco meses, cuando se aprobaron las bases de la idea, sepultar la estación de Chamartín y numerosas vías de entrada y salida bajo grandes losas de acero para edificar encima. La operación Chamartín, sin embargo, abandonó ayer las nubes para convertirse en materia de discusión sobre el papel. El concurso pone en el mercado un millón de metros cuadrados edificables a un precio seis veces inferior al normal en la zona. Este plan ha interesado a más de 70 promotores que recabaron las bases, pero al final, ayer, sólo cuatro grandes grupos consolidaron sus posiciones de manera agrupada.El pasado viernes, último día del plazo prorrogado para entregar ofertas, Renfe recibió en tiempo y forma las cuatro que pujarán ahora, durante los próximos dos meses, por hacerse con el concurso. La primera propuesta llegó avalada por el Banco Central Hispano y las grandes constructoras españolas: Cubiertas y MZOV, Dragados y Construcciones, Fomento de Construcciones y Contratas, Ferrovial y Vallehermoso.

La segunda oferta sorprendió por la persona que rubricó su representación: Manuel Ayllón, actual consejero delegado del Consorcio Urbanístico Pasillo Verde Ferroviario de Madrid. La empresa que sustenta esta alternativa se llama Rock-Sisf, SA, y lleva tras de sí a Rock-Sisf International, Lain, Luparsa, Pacsa (la empresa constructora de los Albertos) y posiblemente Mitsubishi, los ferrocarriles públicos japoneses.

El Banco Bilbao Vizcaya (BBV) y su promotora Metrovacesa han concurrido por su cuenta, asesorados en materia ferroviaria por la Bristish Railway (la empresa pública de ferrocarriles ingleses). Por último, también se presentó el grupo público Argentaria (Unitaria) con el apoyo de la constructora San José, Europolis Investiment y Profisa.

No estará la 'Renfe' francesa

La Société National des Chemins de Fer (SNCF), la Renfe francesa, se mostró desde el principio interesada por el proyecto pero al final no llegó a tiempo. Los directivos de la Renfe española han solicitado de la SNCF su asesoramiento para una fase posterior, por su experiencia sobre este tipo de complicadas obras sobre estaciones como Austerlitz o Waterloo. Durante los ocho meses siguientes a la adjudicación debe definirse totalmente la operación.

En este punto entra también la discusión con el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, para que estas dos administraciones den el visto bueno a la reforma, puesto que son las que tienen las competencias urbanísticas. Martínez Fraile aseguró ayer que no habrá problemas y que tiene un "pacto verbal" con el concejal de Urbanismo, José Ignacio Echevarría. Las obras pueden empezar antes de un año.

Ayllón, el compatible

El arquitecto Manuel Ayllón, de 41 años, es consejero delegado del Pasillo Verde Ferroviario desde que se creó este consorcio entre el Ayuntamiento de Madrid y Renfe el 20 de abril de 1989. Ese enlace subterráneo entre las estaciones de Príncipe Pío y Atocha se financia con los aprovechamientos de los nuevos edificios montados en la superficie de una vieja vía en desuso. Ayllón está ligado desde la transición, políticamente, al ala guerrista del PSOE. Fue propuesto cuando era alcalde Juan Barranco y rivalizó con Eduardo Mangada. Ayllón es también, desde ayer, la persona que figura al frente de la propuesta técnica, planteada para la Operación Chamartín por la sociedad Rock-Sisf. Los directivos de Renfe mantienen que los dos puestos son compatibles y legales. Oficialmente se explica que Ayllón abandonará, cuando se terminen las obras, el Pasillo Verde para incorporarse al otro proyecto si es el adjudicado.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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