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La encrucijada china

El Gobierno se propone atajar los abusos provocados por la transición a la economía de mercado

Juan Jesús Aznárez

La salida de madre de la apertura económica china, que el partido comunista intenta atajar adjudicando licencias para matar entre recaudadores y fiscales, ha facilitado operaciones bancarias con letras de crédito falsas por más de 10.000 millones de dólares, además de la estafa de 100.000 pequeños ahorradores, arruinados miserablemente por un tramposo que les prometió un interés del 43%. El descontento rural, el salvajismo de la especulación, el mafioso o ciego despilfarro de los depósitos bancarios y la seria perturbación del sistema financiero colocan el proceso en uno de sus peores trances.La destitución del gobernador del banco central, y su relevo por uno de los siete miembros del Comité Permanente del Buró Político, el viceprimerministro Zhu Rogji, demuestran lo acertado de reclamar remedios. La inflación, un 20% en las principales ciudades después de tres años de índices bondadosos, es alcista; la moneda nacional igual baila la rumba que una lambada, saca pecho la corrupción y desafían a Pekín administraciones provinciales con fondos y planes de expansión propios.

La pretendida solidaridad entre la China que prospera en la economía de mercado, y la China rural y pobre, no existe más que en los discursos de intenciones. Inversores occidentales confiesan que una burocracia regional fascinada por el dólar cobra peaje ilegal en muchas ventanillas oficiales, decide contratos y ejecuta a su antojo.

La nueva dirección del Banco Popular de China, con más poder y peor genio, intentará a partir de ahora neutralizar, o cuando menos frenar, la ampliación del caos, y comprobar de paso las denuncias a funcionarios y banqueros encargados de administrar fondos públicos. Como escarmiento, un tribunal ha condenado a muerte al antiguo director de una sucursal del Banco de Industria y Comercio. Se le encontró culpable de librar, a favor de un grupo mafioso, un crédito fraudulento de cinco millones de dólares y de aceptar un soborno 3.500 dólares, cantidad razonable en una nación con una renta mensual urbana de menos de 100 dólares.

El Gobierno, entre cuyas filas se abren paso el reproche, aprobará disposiciones para atemperar el crecimiento económico y limitar los destrozos causados por la proliferación de filiales bancarias de espurio funcionamiento. El agotamiento de reservas en proyectos de inversión estériles e ignorantes, un 70% más que el pasado año, la inflación originada por la excesiva circulación de dinero, que permitió la compra de propiedades con fines especulativos, completan una relación de calamidades de difícil corrección.

El control de la inflación obsesiona a la jerarquía comunista para evitar disturbios. Según el último estudio de la oficina estatal de estadísticas, el precio del suministro eléctrico aumentó en mayo un 79% en relación al mismo mes del año anterior, los servicios, un 42% y la producción de materiales diversos, un 51,3%.

Malestar social

Mientras los salarios en la empresa privada crecieron casi un 50% en el nuevo emporio de Guangdong, los empleados públicos de la capital protestan carestía, pérdida de subsidios y sueldos bajos. En el campo, residencia de 800 millones de los 1200 millones de chinos, la rebeldía es violenta y la riqueza urbana es considerada afrenta.Fuentes oficiales certificaron que campesinos hartos de la morosidad oficial en el canje de pagarés del Estado, por efectivo, o incapaces de soportar cargas fiscales excesivas, asaltaron varios establecimientos públicos en 11 provincias, propinaron fuertes tundas a sus ocupantes, cortaron carreteras y amenazaron con nuevos desórdenes de no recibir un pago justo por sus cosechas y un trato menos abusivo. El gobierno, que busca limitar la circulación de dinero pero afronta pagos fijos multimillonarios, ha prometido retirar de circulación los bonos, y sustituirlos por papel moneda.

La economía creció a un ritmo del 13% en 1992. Gautam Kaji, vicepresidente del Banco Mundial, piensa que incluso en el caso de que el ejecutivo tome medidas drásticas para reducir la inflación, el gigante puede crecer este año entre seis y siete puntos.

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