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Alemania y Rusia disputan una final inédita

Alemania y Rusia disputan esta noche (21.00 horas, La 2) una sorprendente final del Campeonato de Europa de baloncesto. Son los dos conjuntos que mejor se han adaptado a un sistema de competición no excesivamente justo, pero perfecto para equipos que van mejorando su rendimiento según transcurre el torneo. Ambos rompieron los pronósticos que colocaban en la final a Grecia y Croacia, sus oponentes en semifinales. Los rusos son ligeramente favoritos en una final inédita.El mejor resultado de Alemania en la historia de los Campeonatos de Europa fue un quinto puesto en Stuttgart en 1985. El resto, anonimato absoluto. Rusia se inscribió en la FIBA el año pasado después de pasar una época de transición que incluyó los Juegos de Barcelona, donde acudieron junto a otros países surgidos de la separación de la URSS bajo la denominación de CEI (equipo unificado). Éste es su primer campeonato como nación independiente, y su entrada no ha podido ser más espectacular.

Nos encontramos ante una final sin antecedentes, muy lejos de los tradicionales choques que soviéticos, yugoslavos, italianos, griegos o españoles han protagonizado desde hace casi más de 40 años. El mérito de ambos conjuntos es incuestionable. Su caminar por el torneo ha sido coherente con un sistema de competición donde no se prima cómo llegues a los cruces de cuartos de final, sino lo que hagas a partir de ese momento.

Victoria clave

Alemania estuvo a punto de ser eliminada en la fase previa. Una dificultosa victoria sobre Turquía la trajo a Múnich. Sus deficientes actuaciones la colocaron a la cola de los pronósticos. Si el baloncesto es un deporte con escasísima repercusión en Alemania, los resultados alcanzados en Berlín hicieron que hubiese que buscar con lupa las reseñas en los periódicos locales. Nadie daba un duro por ellos, pero su victoria ante España les puso en órbita. Grecia fue la siguiente víctima. Dos buenos partidos en los momentos adecuados, y la medalla de plata está asegurada. Así es este sistema.

Lo de Rusia ha sido menos inesperado. Su mejora según iba transcurrido el campeonato ha sido ostensible. Desde la derrota ante España, su progresión no se ha detenido. Masacraron a Grecia e Italia, se entrenaron con Estonia en cuartos de final y ante Croacia deslumbraron con un juego sólido y a la vez lucido. Resulta casi increíble comprobar que salvo Serguei Bazarevitch, ningún jugador era conocido internacionalmente. La cantera rusa parece inagotable.

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