González advierte a los socialistas que la sociedad les va a exigir "muchas explicaciones"
El secretario general del PSOE, Felipe González, advirtió ayer a su partido que la sociedad va a exigir a los socialistas en esta legislatura "una permanente explicación" por lo que les recomendó un esfuerzo de transparencia. González hizo esta manifestación ante cientos de militantes que se reunieron en un hotel madrileño para festejar la victoria socialista. Sólo él y el presidente del PSOE, Ramón Rubial, hablaron para saludar y agradecer la labor de los militantes en la campaña. Rubial quiso dejar un mensaje claro: que el éxito electoral se debe al partido y a su secretario general a partes iguales.
El acto fue convocado por la ejecutiva federal del PSOE, y en la invitación se dejaba claro el propósito: rendir un homenaje a la labor de los militantes durante la campaña electoral. Sólo iban a tomar la palabra Ramón Rubial y Felipe González. Junto al estrado se encontraba el vicesecretario general. Alfonso Guerra; el presidente del grupo socialista, Carlos Solchaga; el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, y otros miembros de la ejecutiva socialista.González tomó la palabra y pronto dejó claro que no iba a hacer un discurso político, sino a saludar a los suyos y compartir después una copa. La mayoría de las frases del líder socialista fueron idénticas a las que pronunció en la campaña. "Esta legislatura nos va a exigir que demos muchas explicaciones a la sociedad, y que hagamos un enorme esfuerzo de tolerancia y transparencia" dijo.
Para González no existen dudas respecto a que "el triunfo del PSOE ha sido el de la tolerancia". Aseguró que durante la campaña y previamente a ella había sentido una gran preocupación por los brotes de intolerancia que estaban surgiendo, por lo que su empeño había sido el de recordar el valor de la libertad y la necesidad de contraponer a la intolerancia "más tolerancia, más democracia y más libertad".
El líder socialista, que fue interrumpido varias veces al grito de "¡Felipe, Felipe, Felipe!", señaló que con este acto pretendía "de manera simbólica" agradecer a los militantes "el esfuerzo realizado para hacer posible el triunfo del 6 de junio".
"Hemos recibido un apoyo muy importante porque hemos dado la cara y no hemos ocultado las dificultades, por lo que los ciudadanos han vuelto a damos su confianza" manifestó el jefe del Ejecutivo en funciones. .
Rearme ante la dificultad
En este capítulo de agradecimientos a la labor partidista señaló que "el partido, cuando tiene dificultades, se rearma y se coloca en sus momentos más álgidos". González dio muestras de estar esperanzado respecto a lo que dará de sí esta legislatura. "Va a ser dificil, pero creo que la vamos a superar con bien y estaremos en una buena situación dentro de cuatro años".
No olvidó el líder socialista dedicar su recuerdo a la memoria del subsecretario de Interior, Santiago Varela, fallecido recientemente, que, "corno muchos cientos y miles de militantes, han dedicado sus mejores años en beneficio de los demás", según dijo.
El presidente del PSOE, Ramón Rubial, hizo una brevísima alocución antes que la de González para insistir en el buen trabajo realizado. Rubial, de manera indirecta, terció en la polémica abierta tras el 6 de junio respecto a quién había ganado las elecciones. Para los renovadores, Felipe González; para los guerristas, todo el partido y Felipe González. "El partido ha salido airoso de esta confrontación electoral, y ha tenido dos artífices: el propio partido y su secretario general, los dos en la misma medida. El partido y el secretario general", insistió Rubial.
Dos colas para dos 'santos'
Casi todos estaban ayer en la fiesta de homenaje a los militantes socialistas. Los varios cientos de miembros del PSOE sin relevancia pública se mezclaban ayer con varias docenas de diputados de todas las federaciones, ministros y altos cargos en funciones.La pregunta antes de entrar era si el número dos del partido, Alfonso Guerra, iba a acudir o no. Estuvo él y también el nuevo presidente del Grupo Parlamentario Socialista, Carlos Solchaga, así como el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra; los presidentes del Congreso, Félix Pons, y del Senado, Juan José Laborda, y los miembros de la ejecutiva Francisco Fernández Marugán y Alejandro Cercas, entre otros muchos.
La imagen curiosa del acto las protagonizaron Felipe González y Alfonso Guerra, dado que alrededor de cada uno de ellos se organizaron espontáneamente colas, separadas escasamente por tres metros, de militantes armados con bolígrafo para saludarles y pedirles un autógrafo. "Parecen las colas para besar a dos santos" señalaba irónicamente un diputado.
Uno y otro departieron más que amistosamente con la gente que se le acercaba, y fueron abrazados y jaleados como hace sólo escasos días en campaña. El vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, aceptó realizar unas declaraciones para hacer una llamada "a la integración en el seno del partido, porque lo fundamental es dar respuesta a los más de nueve millones de personas que han dado su confianza a los socialistas".
Para Narcís Serra resulta normal lo ocurrido el día anterior en la reunión del grupo parlamentario [la división del voto entre Carlos Solchaga y Eduardo Martín Toval en la elección de presidente del grupo socialista] y dos días antes en la ejecutiva, cuando los votos se dividieron entre felipistas y guerristas.
"Después de las elecciones se sabía que las cosas iban a cambiar, y ya han empezado a cambiar. El debate y el voto democrático no suponen un hecho dramático, sino algo normal", dijo. Aunque Narcís Serra llamó a la integración, al menos en la fiesta de ayer no se produjo: cada cual estaba con sus afines.
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