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Entrevista:

"Este Europeo debe servir de catarsis para nuestro baloncesto"

Robert Álvarez

ENVIADO ESPECIALJordi Villacampa, con su racha encestadora, se ha convertido en una de las principales figuras del equipo español en el Eurobasket 93.

Pregunta. ¿Qué ha cambiado en la selección?

Respuesta. Los resultados vienen de cara y eso es muy importante. Queremos cambiar y lo estamos consiguiendo. Es evidente que el nuevo seleccionador [Lolo Sainz] ha variado radicalmente la forma de dirigir de la última época de Díaz Miguel. Los resultados mandan pero, por encima de todo, debe prevalecer nuestra actitud y nuestra ilusión.

P. ¿Y en las relaciones de los jugadores con el seleccionador y con la federación?

R. Han cambiado las personas y en consecuencia han variado muchos puntos de vista, muchas posturas personales. Por qué no decirlo: la anterior etapa fue mala aunque también se produjeron éxitos.

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P. ¿Se sintieron maltratados tras la derrota en los Juegos Olímpicos contra Angola?

R. Más vale pensar en el presente y en el futuro. Angola decidió el final de una época. Fue un desastre puntual. Tocamos fondo. Todos nos tenemos que sentir responsables de aquello: jugadores, directivos, prensa.... Siendo los mismos, hemos partido de cero. Este Europeo debe ser una catarsis para el baloncesto español.

P. ¿Sería dramático no hacer un buen papel en Alemania?

R. Lo sería si se diera una mala imagen. Si se transmitiera una sensación de pasotismo.

P. ¿Es ésta una buena ocasión para quitarse usted algunas espinas que tiene clavadas?

R. He pasado por muy malos momentos y nunca he obtenido buenos resultados con la selección. Lo máximo fue la medalla de bronce en Roma. Me gustaría hacer algo grande aunque hay que ir paso a paso.

P. ¿Está impaciente por conseguir un éxito sonado?

R. Estoy convencido de que todo ello llegará a su debido tiempo. Puede suceder como en el Joventut. Empezamos a ganar cuando el equipo y yo mismo maduramos. Hasta que no equilibramos nuestro potencial al de otros clubes y hasta que no desapareció la abismal diferencia de presupuestos no llegaron los éxitos. Aquí, con la selección, puede que suceda lo mismo.

P. Cuando observa el papel que desarrolla Epi, ¿se mira en el espejo del futuro?

R. Ha sido el líder de una generación y lo que está haciendo es impagable por la experiencia, la intensidad y la regularidad que aporta. Me lleva cinco años y, la verdad, yo desearía llegar con su mismo espíritu pero, si pudiera ser, en mejores condiciones físicas aunque eso siempre depende de las lesiones.

P. ¿No se encuentra cansado después de haber sido el jugador más utilizado e importante en el Joventut y actuar ahora como líder de la selección?

R. No estoy fresco. Pero no solo yo, sino muchos compañeros están en mi situación. Este Europeo supone un gran esfuerzo para nosotros. Físicamente no he tenido problemas. Mi cansancio es mental.

P. El mayor grado de expectación que ha levantado la selección fue en los Juegos de Los Ángeles. Los españoles, incluido usted -sustituido a última hora por Beirán- se pegaban el madrugón para ver los partidos. ¿Se ha parado a pensar en la diferencia horaria de España a Toronto (Mundial 95) y Atlanta (Juegos Olímpicos 96)? ¿Le gustaría despertar la misma pasión?

R. Pues no la sé exactamente. Creo que son nueve horas de diferencia. Si hiciéramos pasar una madrugada en blanco IL la gente, mejor. Pero lo de Los Ángeles fue único, porque los Jugadores no eran conscientes del interés que estaban despertando. Es mejor que vayamos por partes. Vamos a ir a por todas aqui y, luego, ya veremos.

P. ¿Cómo afrontan el partido ante Alemania?

R. Por supuesto somos conscientes de que es crucial. Podemos haber ganado cinco partidos pero si perdemos contra Alemania no habrá servido de nada. Pero más vale no obsesionarse con ello. Hemos de seguir jugando como hasta ahora, con la misma tranquilidad y el mismo aplomo. Si es así tenemos muchas. opciones para ganarles a pesar de su potencial y de que van a, ser apoyados por el público.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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