La defensa de Juan Guerra advierte que no se condena sólo por indicios

No se puede condenar a Juan Guerra y a sus nueve compañeros de banquillo, acusados de prevaricación y maquinación para alterar el precio de una finca de Ensidesa en Alcalá de Guadaira (Sevilla), por un conjunto de indicios que nunca Regaron a convertirse en pruebas. En esta idea insistieron los tres abogados de la defensa, que presentaron ayer -los seis restantes lo harán el lunes- sus informes finales.

También acusaron a la prensa -ya es habitual en los juicios contra el asistente- de organizar un juicio paralelo. Juan Guerra dijo: "No conozco todavía a un periodista bueno"."Si a Juan Guerra lo juzgaran los periodistas sería condenado sin lugar a dudas", fabuló ayer Miguel Bajo Fernández, el abogado de Francisco Lorente y Fernando Castro, los dos directivos de Ensidesa que acordaron con Juan Guerra, en una reunión celebrada en el despacho oficial de la Delegación del Gobierno en Andalucía, la venta de la única finca del polígono Frídex calificada de zona verde.

Cimpa, la sociedad de Juan Guerra, Juan José Arenas C asas y Manuel Macías, pretendió tras la compra la recalificación de los terrenos que, aunque aceptada por el alcalde socialista Manuel Hermosín -otro de los procesados-, fue rechazada por la Comisión Provincial de Urbanismo, una vez destapado el escándalo sobre los negocios del asistente de Alfonso Guerra.

Bajo Fernández criticó con dureza el informe final del fiscal Alfredo Flores, quien el viernes pidió al tribunal que valore en su sentencia las pruebas indirectas ya que "los indicios son fundamentales en delitos que, como éste, están practicados con especial astucia". Contestó ayer el defensor de Ensidesa: "Este no es un proceso sobre las buenas intenciones y el comportamiento ético de los acusados, sino un proceso jurídico y aquí sólo valen los hechos y las pruebas".