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Ensidesa vendió a Juan Guerra aun sabiendo que podía obtener más dinero

Ensidesa vendió unas fincas de Alcalá de Guadaira (Sevilla) a Juan Guerra aun a sabiendas de que, de prosperar la petición de recalificación solicitada, podía obtener más dinero. Así lo reconocieron ayer, durante la cuarta sesión del juicio que se sigue Sevilla contra Juan Guerra y nueve personasmás acusadas de prevaricación y maquinación, dos testigos de la defensa: el ex presidente de Ensidesa, Fernando Lozano Cuervo, y el jefe del servicio patrimonial, Manuel Solís Cordero. Cinco meses después de que Juan Guerra comprara, el alcalde socialista de Alcalá de Guadaira, Manuel Hermosin, también procesado, intentó la recalificación.

La operación estaba llamada a ser, en expresión del fiscal Alfredo Flores, un "lucrativo negocio" para Juan Guerra y sus dos socios en la empresa Cimpa, Manuel Macías y Juan José Arenas Casas. Pero la Comisión Provincial de Urbanismo, una vez destapados los negocios del asistente de Alfonso Guerra, rechazó la recalificación.Dijo ayer el ex presidente de Ensidesa: "Yo sabía que se había solicitado la recalificación de los terrenos, pero lo único importante para nosotros era desprendernos de los activos ociosos; cualquier demora supondría un daño importante". A preguntas del fiscal Flores, Fernando Lozano reconoció que no leyó el informe preparado por sus colaboradores hasta que la venta se había producido, y añadió: "Me habían dicho que la recalificación había sido denegada verbalmente, aunque no constaba de oficio".

Lozano, ya jubilado, presentó ayer ante el juez Agustín del Río un poder notarial en el que Ensidesa le atribuía la condición de representante legal, si bien el expresidente reconoció que la venta de los. terrenos del polígono Fridex de Alcalá y de otros parecidos se acordaron por "gestiones verbales", ya que no son expertos en este tipo de asunto. Cuando Flores le preguntó por el valor contable de los terrenos, Fernando Lozano contestó: "No sé que es un valor contable".

Un buen precio

El jefe del servicio de patrimonio, Manuel Solís, dijo al juez que los terrenos de Alcalá de Guadaira se habían vendido a un buen precio [1.400 pesetas el metro cuadrado], y añadió: "Lo nuestro es vender acero y venderlo bien para que nos lo paguen, lo que pasa es que con la crisis nos habíamos visto en poder de una serie de bienes ociosos por deudas impagadas".

La gestión de esos activos, según Solís Cordero, era "una complicación ya que Ensidesa apenas tenía infraestructura en Andalucía". Y agregó: "Decidimos que si teníamos un comprador por encima de las 1.000 pesetas el metro cuadrado sería más rentable vender". No obstante, y según reconoció ayer, Ensidesa intentó obtener, mediante un escrito que nunca tuvo respuesta, la recalificación de los terrenos por parte del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaira. Incluso estableció un mecanismo de compensación similar al que después pactaría la empresa de Juan Guerra con el arquitecto municipal, Ernesto Ollero, también en el banquillo de los acusados.

Otro de los testigos, Tomás Gutiérrez Montes director económico financiero de Ensidesa durante la época que se produjo la venta de los terrenos, incidió en que por el INI había dado instrucciones a todas sus empresas de desprenderse con la mayor rentabilidad y en un tiempo mínimo de todos los activos. "Y el precio que conseguimos", añadió Gutiérrez Montes, "era sorprendentemente bueno".

La defensa de Juan Guerra pidió sin éxito que se suspendiera el juicio, ya que seis de sus testigos no comparecieron.

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