El auditor de Torras no quiere opinar sobre las cuentas por incertidumbres
Los auditores de Coopers & Lybrand han decidido no expresar su opinión sobre las cuentas del Grupo Torras correspondientes a los ejercicios de 1991 y 1992 por las "incertidumbres" que han aparecido en el informe elaborado por los administradores del grupo. La negativa de Coopers & Lybrand se manifiesta en el informe de auditoría entregado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El informe está plagado de salvedades, lo que da una idea clara de las irregularidades en las que ha incurrido el grupo a lo largo de los dos ejercicios, en los que, conjuntamente, ha perdido más de 200.000 millones de pesetas. La Comisión de Valores, a la vista del informe de Coopers & Lybrand, ha recordado al Grupo Torras que debe aportar la información complementaria, en un plazo máximo de diez días, sobre el estado de la tramitación del expediente de suspensión de pagos, documentación que ya requirió el 4 de junio.Según las salvedades aparecidas en los puntos cuarto, quinto, sexto y séptimo del informe, se deduce que las pruebas realizadas por Coopers & Lybrand no incluyen todas las verificaciones necesarias para que pudiera formarse una opinión completa "sobre la razonabilidad de los estados financieros", según han reseñado los responsables de la Comisión de Valores a los de Torras en una carta enviada ayer mismo. Por ese motivo, "la firma auditora no expresó su opinión ni el informe cumple íntegramente los requisitos legales en materia de auditoría", dice la CNMV.
En las salvedades a las que se refiere la Comisión, Coopers & Lybrand manifiesta que no dispone de las cuentas anuales de algunas de las sociedades dependientes más importantes, como Torras Papel o Torras Hostench London Limited. "Al no disponer de ellas, desconocemos si las cuentas anuales auditadas pondrán de manifiesto una nueva información que hubiera supuesto modificar en aspectos significativos las cuentas adjuntas de 1992", indica el auditor.
Asímismo, Coopers & Lybrand refleja que existe una deuda de Torras con el accionista principal, KIO, de 40.132 millones como "proposición de subordinación de deuda". La firma auditora manifiesta: "No se nos ha proporcionado evidencia de la conformidad del accionista principal para la subordinación de la deuda, por lo que desconocemos si este importe está adecuadamente clasificado en el balance de situación".
También reconoce el auditor que no ha podido tener información escrita de la situación de los pasivos por parte de los auditores de Grupo Torras. Indica, por otra parte, que se ha reflejado como gastos por actividades ordinarias un importe de 62.903 millones de pesetas, "aunque los administradores manifiestan que no están en condiciones de determinar si corresponden al gasto del ejercicio o del ejercicio anterior".
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