El Español pierde con el Racing y se asoma al abismo

El editor José Manuel Lara, todo un lince en los negocios, lleva camino de ahorrarse los 100 millones de prima que ha prometido por la permanencia. El técnico José Antonio Camacho, que anoche estuvo en las gradas, ya puede empezar a buscarse otro equipo. Los especuladores inmobiliarios, a pesar de la crisis, ya pueden dar las órdenes oportunas a sus arquitectos para que realicen un proyecto sobre el estadio de Sarrià. El Español, el sexto presupuesto de Segunda División, está al borde del abismo de Segunda División. Anoche un equipo modesto pero muy ordenado, el Racing de Santander, le dio un empujón con el único objeto de ocupar su puesto entre la élite. Curiosamente, un ex jugador blanquiazul, Michel Pineda, fue el autor de la acción asesina.

Afrontar un partido vital con todo el gallinero revuelto no es cosa fácil. Cuandos los miembros de un consejo de administración se pelean por un poder efímero y algún aspirante a la presidencia pasea un entrenador para el futuro, es dificil aislar a un colectivo de jugadores que hace tiempo que no da pie con bola. Juanjo Díaz, un técnico honrado y especialista en poner cataplasmas, lo intentó, pero no pudo. Su equipo es un juguete roto de difícil recomposición y de esta circunstancia se aprovechó el Racing, mucho más ordenado y con claridad de ideas.

La falta del veterano Francisco la acusó el Español más que nunca. Nadie asumió la responsabilidad de mover el equipo o quizá no hay nadie capacitado para ello. Lo cierto es que el conjunto blanquiazul jugó agarrotado y el Racing, con el sello del veterano técnico Paquito, se dedicó a lanzar letales contraataques. Dos de ellos fueron cercenados de raíz y de forma polémica por el árbitro asturiano Manuel Díaz Vega cuando el balón ya había besado las mallas. El tercero lo clavó Pineda sin ningún ánimo de venganza, porque es un profesional.