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El primer ministro ucranio dice que sólo con poderes de excepción se evitará la dictadura

Pilar Bonet

El jefe de Gobierno de Ucrania, Leonid Kuchma, cuyo prestigio se ha incrementado últimamente, dijo ayer ante el Parlamento que la salida de la crisis, exige competencias extraordinarias. De lo contrario "dentro de un mes se necesitará una dictadura" para dirigir el país, añadió. Sin embargo, Kuchma no pidió tales competencias para sí mismo, aunque podría obtenerlas si el Parlamento aprobara un programa de medidas urgentes que debía presentar ayer mismo el Gobierno.

A su vez, el presidente Leonid Kravchuk, que había aceptado la propuesta de los huelguistas mineros de someterse a referéndum, vio denegada esta medida por el Parlamento. El legislativo rechazó también otros proyectos que combinaban, en distintas variantes, consulta de confianza y elecciones. Kravchuk propuso convocar simultáneamente el referéndum y elecciones legislativas en diciembre de este año o en enero de 1994.Kuchma, que en mayo pasado pidió una prolongación de las competencias extraordinarias que tenía y se la denegó el Parlamento, espera que ahora sea el Legislativo el que le pida que salve al país.

El primer ministro dijo estar dispuesto a "ponerse de rodillas ante los huelguistas para que vuelvan inmediatamente al trabajo", y aseguró que la subida de los precios, había sido inevitable y que la huelga había sido planeada de antemano.

El primer ministro afirmó que Rusia seguirá subiendo los precios de los suministros energéticos hasta alcanzar los niveles del mercado mundial. La política de Rusia respecto a Ucrania hoy, aseguró, "no puede calificarse de amistosa y normal". Rusia "utiliza las debilidades" de Ucrania, sentenció.

Kuchma se mostró partidario de un referéndum sobre el sistema socioeconómico que debe adoptar el país. Afirmó que actualmente las leyes no son ni socialistas ni de economía de mercado. Y puso en duda que en el Parlamento haya una mayoría de 300 diputados favorable a la privatización u otra mayoría semejante favorable al retorno al sistema administrativo.

Un nutrido contingente de mineros y trabajadores de distintas ramas de la industria llegados del este de Ucrania se concentró ayer ante el Sóviet Supremo. "No queremos limosnas. Queremos trabajo para alimentar a nuestras familias", decía un metalúrgico de la ciudad de Krivoi Rog, cuya empresa de 70.000 obreros trabaja a medio gas por falta de materias primas. "El sistema de licencias nos impide importar y exportar", explicaba el metalúrgico refiriéndose a las limitaciones en el comercio de materias primas y metales. La industria ucrania está integrada mayoritariamente a la rusa.

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"Abrir las fronteras con los Países de la Comunidad de Estados Independientes", rezaba otra pancarta enarbolada por trabajadores de Dnepropetrovsk. Ucrania y Rusia han introducido recientemente controles aduaneros en sus fronteras.

Junto a los emisarios de las zonas orientales, exhibían sus consignas los llegados del oeste de Ucrania, donde el espíritu independentista y el ambiente antirruso son muy fuertes.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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