Una verdadera gozada
Señor Terenci Moix: el pasado domingo me enfrasqué en su libro, que ya estaba terminando: El cine de los sábados. Leerlo ha sido, como se dice ahora, una verdadera gozada. No hay una sola página que me haya aburrido. Me ha causado asombro, me ha conmovio, me hizo sonreír, e incluso me provocó alguna carcajada.Lo dejé un momento para dar una ojeada a los periódicos. Leí su artículo y todos los demás. En el magazine estaba usted sentadito en su peana art-decó. Me dije: esto lo he visto en alguna parte. Rápidamente busqué en las fotos antiguas y allí estaba yo, de pie, en aquella plataforma ovalada exacta a la suya. Supongo que no sería la misma porque no creo que sus señores padres le llevaran a retratar a Sant Adreu, que es donde me hicieron a mí la foto.
Suele ocurrirme que, cuando leo un libro, si me gusta, me meto en él, lo vivo intensamente. Con El cine de los sábados he estado unos días viviendo en la calle Ponent, aunque mi infancia transcurriera, en realidad, en el barrio de Les Corts-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.