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PACTOS ENTRE PARTIDOS

Regreso a la mayoría inestable

La pérdida de la mayoría absoluta por parte del PSOE ha hecho añicos la hegemonía parlamentaria que han mantenido los socialistas desde 1982. Ahora todo está en el aire y sujeto a pactos: la composición de las Mesas del Congreso y del Senado, la distribución de las presidencias de las comisiones, e incluso el número de diputados de cada grupo que las integren, habrá de acordarse entre los grupos. Se vuelve así a la situación de 1977 y 1979. La posibilidad de pactos es múltiple y con soluciones incluso contrapuestas, ya que tanto PSOE corno PP, al menos teóricamente, están en condiciones de pactar con otros aliados el diseño de las mayorías parlamentarias.Una de las falacias de uso más frecuente durante las tres últimas legislaturas consistía en referirse al rodillo socialista. Tanto si se forma un Gobierno de coalición corno si se alcanza un pacto estable de legislatura, el rodillo funcionará, como en todos los Parlamentos del mundo, si bien no será un instrumento monocolor, sino con dos o más ingredientes: los efectos para quienes ocupen los escaños de la oposición serán idénticos.

El primer efecto visible de los resultados del pasado día 6 ha sido acortar el abanico parlamentario: en el Congreso de los Diputados desaparece el CDS, que durante la pasada legislatura mantuvo 14 escaños. Los andalucistas han perdido a su representante, y Euskadiko Ezkerra, al haberse fusionado con el PSOE, tampoco tendrá los dos escaños de la pasada legislatura.

Pero el abanico no sólo se ha formado con menos varillas, sino que el arco que copan los dos, partidos mayoritarios es más amplio. Desde 1989, PSOE (175) y PP (107) sumaban 282 escaños de los 350 que completan la Cámara, es decir, el 80,57%. A partir de ahora los socialistas, con 159, y el PP, con 141, acaparan 300 diputados, es decir, el 85,71% del arco parlamentario: un 5% menos de diversidad y otro tanto más de bipolarización.

La Mesa es el órgano que gobierna el Congreso y está integrada por, nueve miembros: el presidente de la Cámara, cuatro vicepresidentes y cuatro secretarios. Durante la pasada legislatura el PSOE tuvo cinco miembros, incluido el presidente, es decir, la mayoría absoluta; dos el PP, uno CiU y otro IU. Con la distribución actual de escaños, al PP le corresponden, cuatro de los nueve miembros de la Mesa y al PSOE otros cuatro. Ello significa que sólo puede dominar el órgano ole gobierno del Congreso mediante el pacto con otro grupo parlamentario, o con varios, a los que tendría que ceder uno de sus representantes.

Si, como todo parece indicar, el pacto se intenta con los nacionalistas, y al margen de que éstos puedan exigir la presidencia de la Cámara para sellar un pacto estable de legislatura, el PSOE vería recortada la presencia de sus diputados en la Mesa.

Incluso con un pacto entre nacionalistas y socialistas no hay que descartar que se intente un acuerdo con el PP para el reparto de la Mesa.

En 1977, UCD, con 166 diputados, frente a los 118 del PSOE, mantuvo la presidencia del Congreso y otros tres miembros de la Mesa, y cedió tres al PSOE, uno al PC y otro a AP. En 1979, con 168 diputados en las filas del centro y 122 socialistas, UCD sólo tuvo la presidencia y dos representantes, el PSOE tres y el PC dos.

En ambos casos UCD mantuvo la presidencia, tanto del Congreso, como del Senado, pero gobernó en minoría, sin pactos estables de legislatura.

El próximo día 29 se constituyen las Cámaras. Para esa fecha todo debe estar resuelto, salvo que se inciase la legislatura con la precariedad de un grupo mayoritario con 159 diputados.

El presidente del Congreso se elige votando cada diputado un solo nombre y necesita la mayoría absoluta, en primera votación, es decir, 176 votos. Si no se logra esa mayoría habría que celebrar una segunda votación, en la que se elige al que más votos obtenga entre los dos candidatos más votados en la primera ocasión.

Los vicepresidentes y los secretarios se eligen también con un solo nombre en cada papaleta y una votación para cada uno de los bloques.

Vocación nacionalista

En el Senado se reproduce, sustancialmente, la situación del Congreso. Los socialistas quedan con 96 escaños de senadores electos y 21 designados por las comunidades autónomas, con lo que totalizan 117, seguidos del PP con 107 y CiU con 15.

Juan José Laborda, que presidió la Cámara en la pasada legislatura, se muestra muy propicio al pacto con los nacionalistas porque, en su opinión, "son partidos que juegan perfectamente en el sistema constitucional, que tienen vocación de Gobierno y de cuya lealtad constitucional no cabe la menor duda".

En el peor de los supuestos -que se contempló como hipótesis antes de las elecciones-, es decir, una mayoría en el Senado distinta de la del Congreso, la situación no tendría excesiva trascendencia.

El Senado, por mayoría absoluta, puede vetar una ley que le llegue del Congreso. En ese supuesto límite el Congreso levanta el veto, también por mayoría absoluta, o incluso por mayoría simple, dos meses después de la primera votación. En definitiva, el proyecto de ley que el Senado hubiese intentado vetar quedaría aprobado con el texto que votó el Congreso. Este mecanismo lleva a Laborda a considerar el posible ejercicio del veto como "un acto bastante estéril políticamente", aunque pueda crear retrasos o dificultades.

Nuevo edificio

La doble ampliación que ha exigido desde 1976 el viejo palacio del Congreso, junto a la del Senado en 1992, constituyen la muestra mas visible de la implantación de la democracia parlamentaria en nuestro país. La nueva legislatura no sólo estrena mayorías parlamentarias. También, sede ampliada para el Congreso.

El nuevo edificio está ya parcialmente en funcionamiento y en septiembre acogerá distintos servicios de la Cámara, los- despachos Individuales de los diputados, las instalaciones de prensa, radio y televisión, la nueva sala internacional y los servicios de cafetería y restaurante.

La puesta en marcha es parcialmente provisional, porque la unión definitiva del tercer edificio con la ampliación del Congreso que se inauguró en mayo de 1980, exigirá posteriores modificaciones y un par de años de trabajos.

Las instalaciones para los medios de comunicación aumentan considerablemente de superficie, aunque, a la hora de la verdad, cada medio sólo dispondrá de una cabina acristalada y sin luz natural, aunque provistas todas de pantalla con circuito cerrado de televisión para poder seguir los plenos. Radios y televisiones dispondrán de mejoras técnicas considerables, respecto a las casi inexistentes en la actualidad.

En estos días se acomete la fase final de los trabajos para la definitiva puesta a punto del nuevo edificio, que tendrá su entrada por la calle de Cedaceros, en la esquina con la carrera de San Jerónimo. Junto a ese acceso está la nueva sala internacional, de dimensiones más reducidas que la actual, condenada a desaparecer para comunicar el nuevo edificio con las instalaciones anteriores.

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