Insumiso

El próximo día 21 de junio juzgan a varo. El fiscal le ha pedido una condena de dos años, cuatro meses y un día; su abogado defensor *de la absolución.Alvaro es, en cierto modo, especial; ha trabajado en la parroquia de nuestro barrio desde adolescente y ha ayudado a que los niños descubran un modo de ser y de vivir distinto al que a diario están acostumbrados a ver en la televisión y en la calle, más humano, entregando para ello generosamente su esfuerzo y su tiempo.

Estuvo en El Salvador, unos meses antes del asesinato de Ignacio Ellacuría, trabajando en un proyecto de cooperación con la

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Universidad de El Salvador, y de paso colaboró con la organización de Brigadas Internacionales de Paz, intentando por medios no violentos (fotografías, presencia física en los poblados) evitar en lo posible las matanzas que por aquellas fechas realizaba el Ejército salvadoreño entre los campesinos.

Ha vuelto hace un mes de Somalia, donde colaboraba con Médicos sin Fonteras en un proyecto que esta organización está poniendo en marcha en las zonas más desfavorecidas de ese país, porque tenía que iniciar todo el proceso del juicio.

Pero quizás todo esto tenga poca importancia comparado con el sacrificio que está dispuesto a asumir: ingresar en prisión por no doblegarse ante una ley injusta que legitima la existencia de un servicio militar obligatorio y penaliza a los objetores de conciencia.