González prepara un Gobierno en solitario

El presidente de] Gobierno, Felipe González, se tomará a partir de hoy 72 horas de descanso para perfilar cómo va a realizar "el cambio de¡ cambio". Tras su cuarta victoria consecutiva, con más de nueve millones de votos y 18 escaños más en el Congreso que el Partido Popular (PP), estudia la opción de un Gobierno monocolor y solicitar apoyos parlamentarios. El presidente tiene ya "el diseño del nuevo Gobierno en la cabeza", en el que entran independientes y varias mujeres. El cambio en el partido quedará para el otoño. Aunque los socialistas han perdido posiciones en el Senado, siguen conservando también la mayoría: 6 frente a 93 escaños del PP. Los resultados, 159 diputados frente a 141 del PP, conceden a González un margen de memoria amplio.El PSOE ha perdido la mayoría absoluta, pero ha ganado las elecciones. Eso depara a sus dirigentes una satisfacción sin límites tras unos comicios que ha bían llegado en su peor momento. Sus 159 escaños son aprecia dos extraordinariamente y se considera un éxito que el PP haya quedado con 141. No se mi nusvalora que sus principales ad versarios hayan subido en 34 es caños y se da menor importancia su propia pérdida de 16 actas de diputados.

Si de algo están especialmente orgullosos los dirigentes socialistas es de sus resultados en el País Vasco y Cataluña. Los socialis tas vascos aventajan por primera vez en votos al PNV, mientras que el socialismo catalán gana en un escaño a Convergència i Unió (CiU). En Andalucía, el PSOE supera la mayoría absoluta, y en Extremadura mantiene invariable su hegemonía. En Galicia, el PSOE se mantiene gracias a las zonas rurales, y en Aragón conserva sus siete diputados. Los socialistas son conscientes de que ha calado su llamada al voto útil o del miedo, perjudicando notablemente a Izquierda Unida.

El símbolo de la primera victoria socialista, la de octubre de 1982, fue la imagen de Felipe González y Alfonso Guerra con las manos entrelazadas, saludando a sus eufóricos seguidores desde una ventana del hotel Palace de Madrid. La madrugada de ayer, la de la cuarta victoria socialista, tuvó el mismo escenario, pero no ofreció esa imagen. Alfonso Guerra jugó conscientemente un papel secundario. Se situó detrás de Felipe González, aclamado por el público hasta la saciedad. Guerra sabía que el triunfo del 6 de junio es de Felipe González. Y a su vez González sabe que ha conseguido la victoria con un alto porcentaje de voto crítico. Así lo reconoció en su primera comparecencia tras la victoria.

Margen de maniobra

Felipe González ha revalidado su liderazgo externo e interno al colocar el listón en la más alta de las expectativas del voto socialista antes de la celebración de las elecciones. Con ese resultado, y tras reforzar su liderazgo, el presidente del Gobierno tiene un amplio margen de maniobra para afrontar los cambios a que se ha comprometido tanto en el Ejecutivo como en el PSOE.

"Sin Felipe González no hubiéramos obtenido esta victoria. Hemos remontado la situación porque González ha convencido al ciudadano que tenía mejores propuestas para el cuatrienio. La valoración de González como persona está por encima de la que el ciudadano tiene del partido como opción política", manifestó ayer el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, en unas declaraciones a la cadena SER.

"Tenemos que poner el cargo a disposición de Felipe González", comentaba ayer un alto cargo del Gobierno socialista, próximo al aparato del partido, y añadía: "El tiene que protagonizar el cambio de imagen, personas y mensajes".

La primera tarea que tiene Felipe González por delante, después de descansar un par de días, es renovar el Gobierno. Los 18 escaños que ha sacado al Partido Popular (PP), unido a la victoria que han conseguido los socialistas vascos y catalanes en Euskadi y Cataluña, le permiten ir hacia un gobierno socialista monocolor con apoyos parlamentarios del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Convergéncia i Unió (CiU). González lo apuntó ayer por la madrugada y Guerra fue aún más rotundo al inclinarse por esa fórmula.

El vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, reiteró esta misma idea ayer por la mañana: "Se puede formar un gobierno estable que no tenga que comprar el voto de los demás en cada ocasión. Nosotros entramos en una nueva etapa que tiene que implicar nuevas políticas, nuevos talantes de hacer política. Tiene que ser una nueva etapa abierta al diálogo. Los votos obtenidos dan el aplomo para hablar con otras fuerzas desde la perspectiva de la cooperación".

Equipo económico

Felipe González ha anunciado a lo largo de la campaña cambios importantes en su Gobierno, con la incorporación de independientes y de cuatro o cinco mujeres, y ha apuntado el relevo del equipo económico del Ejecutivo. Ayer por la madrugada, González recordó el compromiso alcanzado durante la campaña de un "nuevo impulso económico". "Ya tiene en la cabeza el equipo que desea para esta etapa", dijo ayer Narcís Serra, aunque no desveló cuales iban a ser los cambios.

Además de la salida de Carlos Solchaga del ministerio de Economía, que arrastraría consigo la del equipo económico del Gobierno, también se prevé el relevo de José Luis Corcuera al frente del Ministerio del Interior. Corcuera es un candidato a ocupar altas responsabilidades en la dirección del PSOE.

Junto al "nuevo impulso económico", González reiteró ayer por la madrugada su voluntad de abrir un diálogo con las fuerzas sindicales. Uno de los principales compromisos de su campaña ha sido la negociación del pacto social por el empleo.

Los efectos del nuevo "impulso económico y político" de González deben ser rápidos para recuperar credibilidad y contentar al voto crítico. "No hay que olvidar que antes de dos años hay elecciones autonómicas y municipales", recordaban ayer fuentes gubernamentales.