California se cierra para los chinos
Los guardacostas de EE UU apresan el segundo pesquero con 270 inmigrantes ilegales
La historia se repite. En las últimas semanas, las costas de California han asistido a la llegada de un número desacostumbrado de inmigrantes Ilegales de origen chino, 270 de los cuales fueron interceptados el miércoles en alta mar por los guardacostas estadounidenses a bordo de un barco pesquero, mientras intentaban llegar a las costas de este Estado.Hace más de un siglo, en 1881, las autoridades norteamericanas trataron ya de frenar la llegada multitudinaria de chinos a sus costas poniendo en práctica una de las primeras leyes de control migratorio de su historia. Los centenares de miles de asiáticos que habían contribuido a la construcción del ferrocarril en el siglo XIX ya habían concluido su trabajo y los políticos norteamericanos consideraban que ya habían establecido suficientes lavanderías en Norteamérica. Este año, los descendientes de aquellos pioneros están recuperando el viejo interés de sus antepasados por las riquezas de las doradas costas de California. Por desgracia para los chinos, Estados Unidos es un país muy distinto, sin llanuras por conquistar ni interés por la mano de obra extranjera.
En lugar de recibir una bienvenida y un nuevo puesto de trabajo, los 270 chinos que el pasado miércoles estaban a punto de alcanzar las costas de San Francisco fueron detenidos antes de desembarcar. Los inmigrantes ilegales, que habían sido trasladados desde China por un barco sin identificar después de varios meses de travesía, trataban de pasar inadvertidos a bordo de dos pesqueros norteamericanos que los habían recogido en alta mar.
En su ingenuidad, los inmigrantes ilegales no se percataron de que la ausencia de aparejos de pesca despertaría las sospechas de los guardacostas californianos. Tras someterlos a un seguimiento durante varios días, los dos barcos fueron interceptados y el sueño de los chinos se desvaneció. Algunos de ellos saltaron por la borda, en un intento frustrado de llegar a nado.
La fiebre amarilla por emigrar a Estados Unidos ha aumentado vertiginosamente en los últimos meses. En lo que va de año, las autoridades norteamericanas han detenido a 1.600 ilegales procedentes de China, un incremento notable si se tiene en cuenta que en todo el año 1991 sólo se interceptaron a 20 chinos por esta misma causa.
Si en las últimas décadas la frontera sur de Califonia con México ha sido el colador de ilegales por excelencia, ahora la atención de los funcionarios del departamento de Inmigración se centra en el norte de este Estado. La pasada semana, 250 chinos navegaron de noche bajo el famoso puente Golden Gate, en San Francisco, para atracar ilegalmente en el barrio de Presidio. Tan sólo 169 fueron detenidos, y el resto huyó en la oscuridad hacia el interior de la ciudad.
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