Irrupción asesina
ETA HA irrumpido en el proceso electoral a la manera que acostumbra: asesinando de un tiro a bocajarro a un ciudadano en San Sebastián. No es extraño que quienes tienen por objetivo suplantar la voluntad popular con el chantaje de las armas interfieran con su violencia asesina en el proceso en que aquélla se configura y manifiesta. Así ha ocurrido prácticamente en todos los procesos electorales habidos en España des de la llegada de la democracia.El terrorismo, si cuenta con capacidad operativa, no puede quedarse quieto ante lo que fundamenta y justifica la existencia del Estado democrático al que busca destruir: la libre manifestación de la voluntad política del ciudadano en las urnas. De ahí que fuera poco probable que el proceso electoral que España vive en estas fechas fuera una excepción en esta constante terrorista.
Los GRAPO intentaron hace algunos días condicionar y alterar el libre desarrollo del proceso electoral con la colocación de tres artefactos explosivos en Madrid. Ahora lo ha intentado ETA con el asesinato de un indefenso ciudadano en San Sebastián. El hecho de que este último fuera, al parecer, drogadicto y traficante en pequeña escala muestra la fría crueldad con la que actúan estos pretendidos redentores: ningún intento de análisis de las causas, ninguna propuesta de solución al grave problema de la droga, ninguna ayuda a quienes son sus víctimas. La respuesta de los iluminados del terror y la barbarie es simple y funcional: se les elimina sin más, como en la mejor tradición hitleriana.
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