La mordaza hace la unión
La imaginación de los periodistas burla la censura del Gobierno golpista de Guatemala
, El evangelista Jorge Serrano Elías, en su aventura de arremeter contra todo lo que le incomoda en Guatemala, le ha asestado un duro golpe a la prensa de su país, sometiéndola a la mayor mordaza informativa jamás conocida en América Latina. Su regocijo, sin embargo, le ha durado menos de lo que suponía porque lo que quiso combatir con la fuerza se le está ahora yendo de las manos gracias a la imaginación de los periodistas, una de las principales trincheras contra la locura golpista que asuela a Guatemala.Serrano no sólo calló a los cuatro periódicos que circulan en Guatemala, mandando censores a las redacciones y policías a las imprentas, sino que dejó al país desinformado. Pensó que con sólo tres de los cinco canales de televisión y unas pocas emisoras de radio bajo su control -el resto fueron suspendidas- los guatemaltecos iban a tragar fácilmente su golpe.
No fue así. La mordaza ha unido, solamente en el hecho de saber qué pasa, a todos los sectores del país opuestos al golpe que, con excepción de Serrano, su familia y un centenar de colaboradores, es la totalidad de Guatemala, desde Rigoberta Menchú hasta los grandes empresarios del país.
Hoy la resistencia es única y también solidaria. Y las redacciones funcionan como verdaderos centros de atención ciudadana, con envío de faxes, distribución de fotocopias y un boca a boca que, con gallardía, está desafiando todo tipo de imposiciones.
Los periodistas, con brazaletes negros o camisetas del mismo color para llamar la atención de su luto, han continuado trabajando tal cual, lo que permite una información fluida de puertas para adentro, pero desgraciadamente no reflejada en el papel, que ya está llegando a los quioscos esterilizado, auto censurado o con sus espacios en blanco como protesta, según el criterio de cada editor.
Al enviado especial de Televisión Española, Xavier Obach, le tocaron el texto de una de sus crónicas y le obligaron a negociar el contenido de otra. A la cadena mexicana Eco, que se capta en Guatemala, le quitaban la voz siempre que hacía referencia al país. Y a la agencia Efe la dejaron sin transmisiones, quedando interrumpido el servicio con sus abonados, entre ellos la Embajada española.
Los periodistas del diario La Hora, en abierto desafío a Serrano, regalaron. ayer copias de su periódico entre los viandantes.
También el editor de la revista Crónica, el español Francisco Pérez de Antón, después de barajar posibilidades como la de distribuir la tirada desde una funeraria, consiguió salvar 2.500 ejemplares y hacerlos llegar de forma clandestina a sus lectores. Los 10.000 restantes se los robó la gente de Serrano y hoy no se sabe dónde andan.
Pérez de Antón tuvo que recurrir también a la fotocopia, y hoy su revista, con una información muy detallada del autogolpe, corre como oro por Guatemala. Se comenta que el embajador de España, Manuel Piñeiro, uno de los que pudo hacerse con la revista, le comentó a Arturo Alvarado, máximo responsable de la censura en el país, lo sustancioso de la versión del golpe ofrecida por Crónica. Alvarado, con un cinismo atroz, le respondió: "Por eso la hemos dejado salir".
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