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GUERRA EN LOS BALCANES

Los secretos del conflicto en Croacia

Los generales jubilados del Ejército yugoslavo no esperan que los historiadores descubran sus verdaderos motivos políticos y militares durante la guerra en Croacia: ellos mismos revelan los secretos dos años más tarde. Veljko Kadijevic, ministro de Defensa yugoslavo durante la guerra en Eslovenia y en Croacia, jubilado hace un año, apareció como testigo en el juicio contra el general Vlado Trifunovic para explicar que el objetivo del Ejército Popular Yugoslavo (JNA) en Croacia fue la protección del pueblo serbio frente a los combatientes croatas y la liberación de los territorios serbios.

La estrategia era la permanencia del Ejército en los territorios liberados serbios, pero se retiraría de Croacia para delimitar las fronteras de la nueva Yugoslavia, según Trifunovic.La antigua Yugoslavia existía todavía mientras el general Kadijevic se encargaba de la defensa y la máxima autoridad política era la presidencia colectiva integrada por los representantes de las seis repúblicas. Kadijevic admitió dos años más tarde que los comunicados oficiales del Ejército eran falsos en lo relativo a que el JNA luchaba para calmar las tensiones étnicas en Croacia. De hecho, estaba diseñando las fronteras de la. gran Serbia o la nueva Yugoslavia, concebida con el territorio de Krajina.

El Tribunal Militar está a favor de condenar al ex general Trifunovic por haber entregado a los croatas el cuartel en Varazdin (Croacia), salvando así a todos los reclutas, pero, perdiendo el material bélico. Kadijevic aseguró que en ausencia de consenso entre los miembros de la presidencia colegiada, puesto que Croacia y Eslovenia querían la independencia, las órdenes militares se daban oralmente para no dejar pruebas materiales. Durante dos años, el Ejército mintió a la población y aseguró que estaba defendiendo Yugoslavia y a todos sus ciudadanos por igual.

Sin embargo, la guerra en Croacia no se desarrolló con la velocidad deseada: "Con 15 o 18 brigadas más la acción se pudo haber completado en 15 días", estima Kadijevic, "pero no obtuvimos estas unidades debido a los problemas con la movilización y la deserción".

Desertores

Formalmente, Yugoslavia, o mejor dicho Serbia, cuya política ejecutaba el Ejército federal, no estaba en guerra, de manera que no pudo aplicar la ley marcial a los desertores. Más de 200.000 jóvenes optaron por huir al extranjero antes que luchar en Croacia, mientras que otros volvían del frente al percatarse del caos, de las matanzas en contra de la población civil y de los verdaderos objetivos militares.

No es la primera vez que los generales revelan sus secretos. En otro juicio militar admitieron haber colocado explosivos frente a la sinagoga (te Zagreb y en el cementerio judío en la capital croata en 1991 para incrementar la tensión en las relaciones entre Zagreb y la comunidad judía.

Por otra parte, Kadijevic explicó las razones de la apertura del frente bélico en los alrededores de Dubrovnik: "íbamos hacia Dubrovnik para debilitar las fuerzas croatas bloqueando a nuestros cuarteles". El Ejército croata bloqueó todos los cuarteles del Ejército federal yugoslavo como forma de presión para que abandonasen el territorio de la república que había proclamado su independencia. Desde Dubrovnik "se preparaba la acción hacia Split", precisa el ex ministro de Defensa.

El Ejército federal no entró en Split, pero bombardeó los alrededores de Dubrovnik y el casco viejo de la ciudad. Nunca lo ha admitido. El 6 de diciembre de 1991, cuando las granadas llovían sobre las murallas de Dubrovnik, Milan Gvero, actualmente vicecomandante de las fuerzas serbias en Bosnia, juraba que no había caído ni polvo sobre esta histórica ciudad.

En el Ejército yugoslavo existieron grandes divisiones políticas desde el primer día de la guerra. El primer conflicto se produjo entre los defensores del interés yugoslavo, por una parte, y el gran serbio, por otra. Una vez abandonada la idea de conservar la antigua Yugoslavia, y tras la firma del plan de paz para Krajina, medio centenar de generales fueron jubilados.

Sin embargo, el Ejército sigue dividido entre los defensores del ultranacionalismo serbio, encabezado por Vojislav Seselj, y los seguidores del presidente de Serbia, Slobodan Milosevic. Dos generales ultranacionalistas acaban de ser jubilados, pero las divisiones internas no están superadas. Nuevos juicios revelarán seguramente el apoyo militar proporcionado por Yugoslavia a la lucha de los serbios en Bosnia.

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