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Gratis y en crisis

La textil Riva vuelve a los apuros, tras trabajar diez sábados sin cobrar

La textil Industrias Riva, en Les Masies de Voltregá (Barcelona) -160 empleados y 1.600 millones de ventas anuales-, es un símbolo de supervivencia de la mediana empresa española. Tras incendiarse en 1989, sus propietarios decidieron seguir: invirtieron 1.000 millones en renovar la maquinaria y los empleados trabajaron gratis algunos sábados. Mas la supervivencia no es segura y su director dice: "Somos viables; pero necesitamos ayuda".

Industrias Riva es la típica empresa familiar de tamaño medio del sector textil en el que trabajadores y empresa han estado muy unidos. El apoyo de los trabajadores con esta especie de huelga a la japonesa que supuso trabajar gratis diez sábados representó una facturación de 60 millones de pesetas libre de sueldos.Josep María Costa, el director, atribuye el mal momento económico a la carga financiera que generan los créditos utilizados para la inversión y al coste de las indemnizaciones de una reciente reducción de plantilla. Pero asegura: "Podemos salir adelante". "Yo lo que pido es poder competir en igualdad de condiciones. Que el crédito y la energía me cuesten lo mismo que en otros países de Europa. Invertimos en maquinaria y echamos en falta que nos subsidien parte de los intereses del crédito".

La empresa sufre la competencia de productos a bajo precio de los países del sudeste asiático, "que venden mucho más barato porque tienen una mano de obra muy barata".

Lo que la empresa tiene claro es que "no podemos volver a trabajar gratis". "Fue una medida coyuntural, pero no podemos seguir aplicándola", dice. Lo mismo piensa Joan Riqué, miembro del comité de empresa por UGT. "Trabajando gratis los sábados hemos hecho un esfuerzo, pero ahora falla la parte económica".

Riqué abunda en esta explicación. "Los bancos han reducido el descuento de letras y la Administración no nos ayuda. El coste de los créditos y de las cargas fiscales es muy alto y el kilowatio de energía sale más caro que en Francia o Italia", explica.

El director resalta que bancos y proveedores han tomado precauciones adicionales con la empresa. "Pagamos al contado y cobramos parte de las ventas a plazo". "Los bancos nos piden cada vez más garantías", se lamenta.

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