Regatear a la muerte por 35.000 pesetas
Fue como si uno se encerrara durante 19 segundos con Schwarznegger en una habitación y empezara a recibir mamporros y espadazos. Sobra la mitad del tiempo para no salir con vida de ahí. Manolo Deliz dice que fue aún peor: "El toro me comía cuando estaba en el suelo". Hoy lo puede contar. Sale del hospital después de que el jueves le visitara la muerte. Recibió cinco golpes en la cabeza y tres de las siete cornadas que le lanzó el toro le agujerearon el traje. Ese día, por la corrida, cobró 35.000 pesetas.Los temores de Deliz de que el novillo le cortara la carrera en banderillas se confirmaron plenamente. Cuando se produjo el contacto, el pitón perforó el lateral de la taleguilla y lanzó a Deliz por los aires. Lo peor estaba aún por llegar: "Sabía que no había cornada, sólo una voltereta grande. Sentí un golpe muy fuerte al caer. No veía al toro y de pronto noté que me pegaba porrazos por todos partes".
Las cámaras de Canal + dejaron registrado cuanto ocurrió. El pitón le dio en la nuca, pero con la cuna; la punta le pasó a cinco centímetros. A continuación, la mano y la pata izquierdas también le aporrearon la cabeza. El toro le empezó a buscar con tal fiereza que clavó los pitones en la arena. Deliz recuerda aquellos instantes como "de agonía, horrososo, para olvidarlo..."
El toro nuevamente volvió a por él. Deliz le quiso frenar lanzando los brazos hacia el testuz y se vió arrastrado por la acometida del animal. El pitón izquierdo acabó encontrando donde prender sobre el costado derecho del banderillero. Le agujereó la parte superior de la taleguilla y le lanzó arriba. Al caer le buscó en el aire y el cuerno encontró la hombrera. El novillo tuvo tiempo de un segundo derrote y le golpeó con la pala del pitón en el pecho. "Estaba mareado de los cañonazos que me llegaban de todos lados", dice Deliz, "lo malo era que lo que me lanzaban eran espadas y mazos". Cuando terminó la paliza, Deliz estaba semi inconsciente.
El traje le han dicho que está para tirar. Pero él no sabe si guardarlo de recuerdo, aunque quiere borrar enseguida "esa angustia" para empezar de nuevo. Las dos últimas temporadas fue con César Rincón y estaba garantizado casi el centenar de corridas, pero en ésta si no torea, no cobra. El jueves le liquidaron 35.000 pesetas, una vez descontados los impuestos.
Babelia
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