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El acosado era él

El californiano Sabino Gutiérrez obtiene un millón de dólares por la persecución sexual de su jefa

La ejecutiva californiana María Martínez sentía algo muy especial por su subordinado Sabino Gutiérrez, y así se lo hizo saber día a día durante los seis años en los que trabajaron juntos. Sólo había un problema: la obsesión de María no era correspondida, y, en su obcecación,- la ejecutiva no supo calibrar lo caro que puede salir en Estados Unidos pretender amor por la fuerza, sobre todo si la pasión se desarrolla en el trabajo. Un juez de Los Ángeles acaba de declarar a María Martínez culpable de acoso sexual y ha decretado que Sabino Gutiérrez reciba un millón de dólares por haber sido víctima de presiones emocionales. Martínez y la empresa constructora de jacuzzis CalSpa deberán pagar a Gutiérrez 375.000 dólares por presión emocional, 82.000 dólares por sueldos perdidos y 560.000 dólares por daños y perjuicios.Sabino Gutiérrez, de 33 años, es el primer varón que sigue los pasos de Anita Hill, la abogada que denunció al juez del Tribunal Supremo Clarence Thomas por acoso sexual. Desde que el caso Hill llamó la atención sobre este problema laboral de difícil regulación, cientos de mujeres norteamericanas han denunciado a sus jefes por mezclar los sentimientos con el trabajo. La abogada de Sabino Gutiérrez, Gloria Allred, explicó que el nuevo veredicto es importante porque, "mientras la mayor parte de las víctimas de agresiones sexuales son mujeres, todas las personas, incluidos los hombres, tienen derecho a un puesto de trabajo libre de hostilidades y condicionamientos".

Sabino había denunciado a su jefa por besarle, acariciarle y abrazarle en contra de su voluntad. Según la demanda del empleado, la pasión de María Martínez comenzó a desbordarse en julio de 1986 y prosiguió hasta enero de 1992, cuando el empleado decidió dimitir..

"Cuando me negué a aceptar sus proposiciones", dijo Gutiérrez ante el juez, "se enfadó muchísimo. Tenía miedo de que si. no accedía me pondría de patitas en la calle. Era intolerable. Era tan tremendo que no sabía cómo enfrentarme a la situación". El subordinado Gutiérrez relató que su jefa estalló de rabia y le amenazó con hacer todo lo que estuviera en su mano para hacerle "la vida imposible" cuando Sabino le manifestó sus intenciones de casarse con otra mujer.

El matrimonio de Sabino, celebrado en octubre de 1991, no frenó la obsesión de María Martínez, que prosiguió acosándole en el puesto de trabajo. El rechazo de Gutiérrez hacia su superior femenina sólo consiguió que su jefa le relegara a un puesto de poca importancia. Gutiérrez denunció la actitud de María Martínez ante los responsables de la empresa y, cuando comprobó que sus quejas estaban siendo desoídas, decidió marcharse de la compañía y acudir a la protección de los tribunales.

Mi caso es un ejemplo típico de una empresa que va a pagar un altísimo precio por ignorar una situación", ha dicho Gutiérrez. "María debería haber sido un ejemplo en femenino del sueño americano, porque de vendedora de libros llegó a alta ejecutiva. Pero ha resultado ser una víctima de la pesadilla americana".

Por su parte, la representante legal de María Martínez ha dicho que su clienta recurrirá el veredicto porque considera que las acusaciones son absolutamente "infundadas".

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